eS una manera de mantener el monte limpio y de que los vecinos puedan disfrutar de la leña para pasar calientes el invierno. Se trata de las limpias o de las suertes que desde antaño se realizan en la Merindad pero que ahora con la crisis están en auge.

Esta tradición es muy antigua, tal y como recuerda el azueluco, Pedro San Emeterio. "Tradicionalmente se hacían suertes para repartir la leña entre los hogares que había en Azuelo. Antaño estaba muy valorado porque no había calefacción y la forma de calentar las viviendas era esa. Recuerdo que se utilizaba toda la madera que tenían los árboles, no se desperdiciaba nada", explica San Emeterio.

Esta labor se completaba con la que realizaban los animales que eran los que limpiaban el monte de hierbas y rastrojos. "Posteriormente como los animales fueron desapareciendo de los montes, en lugar de hacer suertes se hacían limpias. Esto consistía en que los vecinos que querían leña iban a limpiar el monte y se llevaban la leña pero también dejaban todo el monte en muy buen estado. Además, como el Gobierno de Navarra subvencionaba estas limpias los vecinos incluso cobraban algo de dinero. Este sistema es muy beneficioso para el monte porque se limpia y para los vecinos que además de llevarse la leña cobraban", indica San Emeterio.

En Tierra Estella actualmente lo que más extendido está son los lotes de suertes, que también requieren una limpieza de la zona pero no tan a fondo como era el caso de las limpias. De esta forma, son generalmente los ayuntamientos, los concejos y las juntas de los montes los que organizan el reparto entre los vecinos.

Así ocurre en Améscoa, tal y como explica el secretario del Ayuntamiento de Améscoa Baja Satur Mauleón. "Se dicta un bando y los vecinos que están interesados en coger suertes lo comunican. Tras pedir el permiso al Gobierno de Navarra, el guarderío de Urbasa-Andía determina las suertes y las marca. Después, se hace un sorteo entre las personas que están interesadas y se reparten las suertes según haya tocado en la rifa. Posteriormente, los vecinos suben a Urbasa a limpiar y a recoger la leña y la guardan en las leñeras", explica Mauleón. De hecho, las personas que tienen leña no suelen utilizar la del año para quemar puesto que es importante que se seque y que se elimine la humedad y la savia que pueda tener la madera.

Como se ha comentado, para coger las suertes hay que pedir permiso al Gobierno de Navarra cuando el monte es de su propiedad, algo que, como ocurre con la propia actividad, no es nuevo. De esta manera, como recogía Jesús Boleas en el programa de fiestas de Dicastillo de 2005, ya en 1951 el Ayuntamiento de la localidad acordó en pleno solicitar el aprovechamiento de 2.000 cargas de leña de Montejurra para repartirlo en los hogares. En ese texto también se hace referencia a la otra importante labor de las suertes, la limpieza del monte.

En Améscoa ha habido un ligero incremento en el número de solicitudes últimamente. "Hubo unos años en los que habían bajado las solicitudes pero ahora se está recuperando. También hay que tener en cuenta la conciencia que se está extendido en el valle sobre la utilización de la biomasa, ya que muchas personas están cambiando las calderas de gasoil por otras de biomasa", indica.

No todas las personas pueden pedir suertes en las localidades y es que, como explica Mauleón, la ley estipula que tienen que estar empadronados y que además deben tener una antigüedad en la localidad. "Por ejemplo, en Limitaciones tienen que haber estado censados desde hace por lo menos cinco años pero en los ayuntamientos y concejos con un año de empadronamiento generalmente es suficiente", señala el secretario.

más lugares El distrito de Igúzquiza es también un punto en el que los vecinos tienen la posibilidad de coger suertes. Así el alcalde del Ayuntamiento, Salvador Garín, explica que son los concejos los que tienen las competencias para gestionarlo y hacer el reparto. "Los vecinos que están interesados lo expresan y el montero marca las suertes. Hubo años en los que prácticamente quedó en desuso pero últimamente ha habido un incremento importante de personas interesadas. Unas están poniendo las calderas y fogones y otras las utilizan con las cocinas económicas. Es normal, al final coger suertes del monte es prácticamente gratis", indica el alcalde.

En este distrito se está ahora en pleno proceso de reparto. De esta manera en diciembre se sortearon las suertes, posteriormente los vecinos acudieron a limpiar la zona marcada y ahora el montero está determinando qué árboles se pueden cortar y después los vecinos subirán a por su leña.

Uno de los que se han sumado a este sistema este año es Jesús Garín, que puso en mayo una chimenea calefactora. Esto es que se conecta al circuito de los radiadores, de forma que el sistema calienta no sólo la estancia donde está la chimenea, sino toda la vivienda. "En Igúzquiza se pagan 15 euros por hacer la suerte, la verdad es que económicamente sale muy rentable. Yo por ejemplo tengo en casa gasoil y este año estoy notando que tengo que recargar el depósito muchísimo menos ya que sólo uso el gasoil para el agua caliente y cuando la chimenea está apagada. Eso sí, también es cierto que la chimenea consume bastante leña pero tanto si la coges con la suerte como si la compras, que también es una buena opción, sale muchísimo más económico", indica Garín.

el encinar En Igúzquiza también hay que limpiar el encinar. "Antes de que vaya el montero hay que limpiar la zona para que pueda entrar a marcar. Esto supone unas seis o siete horas y después cuando tenga que ir a cortar me imagino que necesitaré más tiempo, pero creo que al menos en mi caso merece la pena sin duda".

Ayegui es otra de las muchas localidades en la que se reparten suertes. En este caso, se obtienen de Montejurra, pero como explica la alcaldesa, Esperanza Gastea, este año en lugar de utilizar la zona que pertenece al Gobierno de Navarra se ha pedido permiso a la familia Canalejo-Larraizar que tiene la propiedad de una zona. "Llevábamos muchos años haciendo suertes en el monte bajo de Montejurra pero le tenemos que dejar unos años para que descanse así que en esta ocasión se le pidió permiso al propietario y es que a él también le viene bien como prevención de incendios. De hecho el principal motivo por el que impulsamos el hacer suertes es por la limpia", señala Gastea.

uso propio La primera edil de Ayegui explica que hay un aspecto importante en la ordenanza municipal de la localidad relativo a las suertes en el que este año se ha hecho especial hincapié . Se tata de que las suertes las pueden solicitar los vecinos que tengan hogar en sus viviendas. "No se pueden coger suertes para vender la leña o para regalar, la ordenanza dice que es para el aprovechamiento de los vecinos que tengan en sus casas chimenea o cocina de leña", explica la alcaldesa.

En total, este año en Ayegui han sido 22 las familias que han solicitado la suerte. "Todas están obligadas a hacer la limpia, eso es fundamental", explica Gastea que señala que son los guardas forestales los que se encargan de comprobar que todo el procedimiento se realiza conforme debe ser, de forma correcta.

datos

l Muy antiguos. Calentar las viviendas con leña es sin duda el sistema más antiguo que existe. Poco a poco muchas casas fueron incorporando sistemas de calefacción con gasoil y en los últimos tiempos con gas pero las chimeneas siempre han formado parte de muchas casas, especialmente en los pueblos.

l En muchos sitios. Muchísimas localidades de la Merindad tienen suertes que reparten entre los vecinos.

la cifra

4.000

l Kilos. En la zona de Igúzquiza cada suerte está compuesta, por ejemplo, por entre 3.000 y 4.000 kilos de leña.