Los gigantes de Barañáin bailaron ayer por las calles de la localidad al ritmo de los gaiteros de Ezpelur y de la academia de Barañáin, pero no iban solos, sino que las figuras de Zizur y de Obanos los acompañaban. Además, cientos de niños, vigilados por sus padres, los seguían como si del flautista de Hamelin se tratase.

Las reacciones de los pequeños eran de lo más diversas, ya que había a quien le daban miedo, como a los nietos de Sonsi Cerro: “Venimos todos los años, siempre que podemos. Le hacen gracia, pero le dan un poco de temor”, comentó, mientras empujaba una silleta en la que viajaba un pequeño que no podía apartar los ojos de los colosos.

David, vecino de Barañáin, comentó que “a veces le dan un poco de susto, y prefiere no acercarse mucho”, haciendo referencia a su hija, que miraba extasiada a una de las reinas mientras bailaba, girando sobre sí misma. Sin embargo, también había quien no sentía ningún pavor ante los gigantes. “Le encantan, aunque no es para menos, lo ha mamado desde pequeña porque su padre es miembro de la comparsa de Zizur”, comentó Lierni Caballero, a quien no le terminan de gustar.

“Se sabe los nombres de todos, los de Pamplona, de Falces o de Obanos, todos, y en casa tiene como 50 gigantes de goma”, comentó Estibaliz, casada con un gigantero de la Obanesa, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Obanos.

Unai Elizalde acudió a la concentración con su abuelo, José Mari Ansa. “Le encantan, es su fan número uno desde que aprendió a andar, aunque no es para menos, porque desde muy pequeño iba con su abuela a verlos. No pierde la afición”, explicó Ansa.

Nuria Jiménez acudió a la concentración con su giganta, la reina europea, en una reproducción que hicieron sus padres y que era la envidia de todos los pequeños. “Se acercan muchos niños, para hacerse una foto, tocarla o para ver cómo es por dentro”, comentó la pequeña gigantera.

La Comparsa de Barañáin organizó un almuerzo en el que participaron los miembros de las 3 comparsas que acudieron a la concentración.

la OBAnesa La Comparsa de Obanos también hizo acto de presencia en la concentración de Barañáin. “Es una tradición, ellos vinieron el mes pasado a Obanos y ahora nos toca venir a nosotros”, explicó Josean Veiga, maestro de baile, haciendo referencia a una concentración que tuvo lugar en su localidad de origen hace un mes y cuyo objetivo era recaudar fondos para comprar una nueva pareja de gigantes, Guillén y Felicia. Gracias al apoyo de las comparsas de localidades vecinas consiguieron su objetivo, y en las últimas fiestas pequeñas de Obanos presentaron al público las nuevas incorporaciones, que fueron muy bien recibidas por los vecinos del pueblo.

COMPARSA DE ZIZUR 4 gigantes, 12 giganteros y mucha ilusión; esa fue la aportación de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zizur. Los de Zizur, al igual que los de la Obanesa, fueron a Barañáin para devolver el favor que les hicieron los comparseros de Barañáin el año pasado al acudir a bailar en el 20 aniversario de la agrupación . “Yo a tu pueblo y tú al mío”, resumió David Arranz, miembro de la Comparsa de Zizur desde hace 12 años, y quien no duda en añadir que “a pesar de que hay que sacrificar muchas cosas, como la noche, bailar los gigantes merece la pena por el ambiente, el almuerzo y la gente”.