pamplona -Trabajadores de la empresa pública Animsa, dedicada a la gestión informática, han denunciado ante el Ayuntamiento de Pamplona los métodos utilizados por la actual gerencia para llevar a cabo la reforma organizativa impulsada en 2012 lo que, unido a la falta de transparencia y “el pésimo trato” a los trabajadores, ha originado un profundo conflicto interno. A pesar de que la reestructuración interna iniciada hace casi tres años por el actual director-gerente Iñigo Sanciñena contaba con el respaldo de la plantilla, en este momento vive con “preocupación y temor” “los cambios de criterio” y la “presión desmesurada” de la dirección, que está “reduciendo la calidad del servicio” y alterando la “estabilidad laboral y emocional” de la plantilla.

El conflicto entre ambas partes se agravó a raíz de que representantes del comité de empresa remitieran un email a la plantilla el pasado 10 de febrero en el que anunciaban que habían mantenido contactos con el Comité de Seguridad y Salud para mostrar su “preocupación por el elevado número de bajas del último mes”, sobre todo en “puestos de responsabilidad”, así como por “el mal ambiente laboral y la elevada desmotivación” que les había trasladado “un gran número de personas”. El Comité de Empresa solicitó entonces al ex tesorero de Osasuna la realización de un estudio psicosocial, un análisis comparativo del número de bajas en los últimos meses en relación a años anteriores, un informe del clima laboral y una consulta a la mutua acerca del problema. No obstante, el texto dejaba una puerta abierta al entendimiento entre las partes.

Posteriormente, en una carta fechada el 14 de marzo de este año 29 de los 30 trabajadores que atienden al Ayuntamiento de Pamplona se dirigen al alcalde Enrique Maya para recordarle el esfuerzo que vienen realizando desde hace muchos años para que los servicios TIC del Ayuntamiento “estén situados entre los mejores ayuntamientos de España, y a su vez trasladar su “honda preocupación por la situación actual que viven la empresa” en su etapa más convulsa.

Los trabajadores recuerdan -exhibiendo sus firmas- el “amplio apoyo” que obtuvo el proyecto para reestructurar la empresa, iniciado después de que Enrique Maya impulsara la designación como director-gerente de Iñigo Sanciñena. Sin embargo, consideran que el cambio se está llevando a cabo de manera inadecuada, “desanimando y desmotivando a los trabajadores”. Según subrayan, en los meses previos se había despedido a trabajadores en 010, Desarrollo y Sistemas, “con motivos poco claros y perdiendo calidad de servicio”. “Se está ejerciendo una presión desmesurada sobre los trabajadores que no tiene justificación y que está alternado nuestra estabilidad laboral y emocional”, puntualizan las fuentes consultadas. No obstante, concluían la misiva ratificando su “compromiso con el proyecto de futuro que supone la adecuada informatización de nuestras entidades cliente y, en particular, del Ayuntamiento de Pamplona”.

La respuesta de Enrique Maya, presidente del Consejo de Administración de la Asociación Navarra de Informática Municipal, no satisfizo a los trabajadores. Así, el primer edil decidió respaldar a Sanciñena y manifestar su confianza en que “las modificaciones realizadas redundarán en una mejor organización del servicios, y que poco a poco los cambios efectuados permitirán completar una gestión más eficiente” . El primer edil mostró además su “esperanza” de que los ajustes favorezcan “un desarrollo positivo de Animsa”. Y tras agradecer a los empleados que le hubieran hecho llegar “su punto de vista”, les recordó que Sanciñena es su “interlocutor” para “cualquier cuestión” que deseen plantear.

Un día más tarde, el 26, el director gerente convocó a los 29 empleados a una reunión de “urgencia” donde Sanciñena remarcó que “el alcalde de Pamplona conoce y apoya el proceso de reorganización”, y que “cuenta con su apoyo para hacerlo”, reiteran los trabajadores. El 25 de abril la dirección aseguró que el estudio psicosocial estaba contratado y se que ejecutaría a lo largo del año. Desde entonces el comité de empresa no ha recibido ninguna noticia al respecto y todo apunta a que “el estudio no se ha elaborado”, precisan varios trabajadores.

reforma Hasta ahora, Animsa, cuya plantilla ronda los noventa empleados, contaba con un departamento específico para el Consistorio pamplonés, integrado por treinta personas; otro para la atención del 010 municipal, compuesto por una docena de trabajadores; otro para el resto de ayuntamientos navarros, del que formaban parte unos treinta profesionales; un cuarto de servicios generales, que posee unos diez trabajadores; además de puestos intermedios y directivos. Anteriormente también gestionaba el 012 del Ejecutivo foral. Pero con los cambios diseñados por Sanciñena, que aún no se han ejecutado por completo, se pretende suprimir la actual división de los departamentos por clientes para reubicar a los empleados por tipologías de servicios y grupos profesionales. “Su idea es crear una estructura más horizontal”, apuntan varios trabajadores.

Además, los empleados señalan que el director-gerente desea confeccionar un convenio laboral propio “partiendo de cero”. A su vez, las pérdidas en 2013 fueron de unos 100.000 euros, que “van en la misma línea” de este año, según anunció la dirección en una reunión con representantes sindicales que tuvo lugar el 27 de enero de este año.

Los trabajadores, por su parte, apuestan por un convenio que incluya el pacto de empresa actualmente vigente “y la normativa propia del Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos de Navarra”. Desde la llegada de Sanciñena, el pacto de empresa “se ha prorrogado en varias ocasiones ante la imposibilidad de cerrar un convenio”. “Unas cinco personas ya han perdido sus empleos. Y algunas están cobrando lo mismo que antes por desarrollar funciones propias de cargos de mayor nivel. El problema es que la dirección debería facilitar a la plantilla los cambios organizativos previstos, pero todavía no lo ha hecho. Estamos presenciando modificaciones en el organigrama que nadie explica. Y el trato por parte de Sanciñena es pésimo”, critican los empleados. Agregan que, con la reorganización, algunos trabajadores “verán incrementados sus sueldos, pero muchos otros saldrán claramente perjudicados”, ya que se contemplan reducciones salariales “que pueden superar el 25% en algunos casos”, agregan.

Cabe recordar que la nueva estructura salarial fue negociada con el comité de empresa y contó con el apoyo de ELA, que tiene tres representantes, y la oposición de CCOO, con dos.