Pamplona - Desde que comenzara a poblarse, en verano de 2011, al barrio de Erripagaña han llegado 2.300 personas que dan vida a sus calles. Muchos de ellos aseguran tener una identidad de barrio, sentirse ya de Erripagaña, una urbanización “tranquila”, “sin ruidos” y “agradable”, con “buen ambiente”, donde cientos de parejas jóvenes empiezan ver a sus hijos crecer. Pero la vida idílica de este barrio se ve truncada cuando llega la hora de hacer trámites administrativos, de disfrutar y acudir a dotaciones o servicios públicos; aun teniendo sus fronteras bien definidas que lo distinguen de Mendillorri, Beloso, Sarriguren y Burlada, Erripagaña como tal no existe: sus vecinos comparten tres códigos postales diferentes y, a la hora de solicitar servicios o mejoras, estos tienen que bailar entre los ayuntamientos de Pamplona, del Valle de Egüés, Huarte o Burlada. Por eso, con el objetivo de hacer coincidir ambas identidades, un grupo de vecinos decidió poner en marcha a principios de este año una asociación con la que buscar facilidad y rapidez burocrática, para que esta urbanización crezca unida manteniendo el espíritu de barrio que ya existe.

“En los censos, los de Erripagaña no somos Erripagaña, somos Sarriguren, Mendillorri... pero nosotros no somos de allí”, subraya Leire Romero, de 33 años. Vivir en este barrio, coinciden sus vecinos, es un “lujo” por la cercanía al centro de Pamplona y la comunicación con la ciudad en cuanto villavesas se refiere. Pero disfrutar de ellos se convierte en una pequeña guerra según en la acera en la que se vive: apenas 10 metros de distancia de tu vecino acaba por convertirse en kilómetros. “Si vivo en la zona de Egüés, tengo que mandar a mi hija a la guardería de Sarriguren o Gorráiz -ambas urbanizaciones pertenecen al Valle de Egüés, como la zona final de Erripagaña-. Los vecinos del portal de al lado están dentro de los límites de Burlada, así que tienen que mandar a sus críos a la guarde de allí, cuando tenemos a 80 metros la de Mendillorri, pero es Pamplona”, explica Romero. Y estos problemas llegan con todos los servicios que los vecinos de Erripagaña quieren disfrutar.

Por ejemplo, piscinas y gimnasios. “Yo no soy de Sarriguren, soy de Erripagaña y quiero hacer vida aquí, que mi hija pueda ir al mismo cole y a la misma piscina que sus amigos y mis vecinos, pero no nos dejan”, lamenta Romero. Es esta línea en la que más van a insistir los miembros de esta asociación, todavía incipiente y de la que ya forman parte 62 personas. Aun falta conformar una junta definitiva, que irá tomando forma con el paso de los días.

UNIDAD Todo son “pequeños detalles que generan grandes incomodidades, trabas burocráticas que no existen en ningún otro barrio”, comenta José Ramón Cubero, presidente provisional de la asociación de vecinos. “Por esto, hay mucha gente que no se empadrona”, resalta Romero. Hasta hace unos meses, algunos de los edificios que hoy son del Valle de Egüés se levantan sobre terrenos que pertenecían a Huarte. Un cambio que ha llevado, según relata Cubero, a “irregularidades en recibos, como con el permiso de circulación, que a algunos les ha llegado dos veces, primero de Huarte y, después, de Egüés”.

Ahora que llega el buen tiempo, quienes viven en Erripagaña empiezan a plantearse la celebración de unas fiestas de barrio. “Pero el papeleo que tenemos que hacer se multiplica por cuatro, necesitamos que todos los ayuntamientos se pongan de acuerdo”, explica Cubero.

Por todo esto, desde la asociación de vecinos piden que exista una coordinación entre Ayuntamientos. “¿Por qué tengo que pedir cuatro veces lo mismo a grupos diferentes que al final son del mismo partido?”, pregunta con indignación Cubero. “Un concejal o responsable del barrio en cada consistorio sería más fácil”, agrega.

Asimismo, solicitan el poder disfrutar de los servicios públicos del municipio más cercano respecto a Erripagaña, como ya han podido hacer con el centro de salud; al llegar al barrio tuvieron que elegir entre el de Mendillorri o el de Sarriguren. El abrir esta oportunidad, subraya Koldo Fernández, otro integrante de la asociación, “no solo es un beneficio para nosotros, los vecinos, sino también para los ayuntamientos porque les acabamos dejando dinero”.

Para formar parte de la asociación, los vecinos de Erripagaña interesados pueden ponerse en contacto con José Ramón en el 644 34 42 76, a través del correo vecinoserripagaina@gmail.com o desde el foro www.erripagaina.foroactivo.com.