Ya se hacía en la antigua Roma: labrar la tierra de las fincas tirando de mula, pero esta forma de trabajar el campo se sustituyó aquí hace treinta años por la utilización de otra mula, la mecánica, y de los tractores. Ahora, la bodega Laderas de Montejurra de Dicastillo, que pertenece a Emilio Valerio, ha recuperado esta forma de arar y ha labrado seis de sus viñas (25 robadas en total) gracias a la utilización de un caballo en perfecta coordinación con su propietario, Alfredo Ferris.
La imagen que se ha visto esta semana en los campos de Dicastillo era casi idílica. Un precioso caballo de raza bretón al que se le colocó un aladro, que es el mismo apero que utilizaban los romanos con la diferencia de que el que se ha usado en esta ocasión tiene un sistema que ayuda a darle la vuelta a la tierra que mueve. Detrás, dirigiendo al caballo y el aladro, Alfredo Ferris que, junto a su hijo Miguel, llegó desde Albacete para realizar estas labores.
La recuperación de esta antigua forma de trabajar ha llamado mucho la atención de los vecinos de la zona. Unos lo recordaban de cuando eran ellos los que estaban detrás del aladro, mientras que para los más jóvenes era algo nunca visto. La desaparición de los animales del campo y concretamente de las viñas comenzó a finales de los años 80 al haber primas para arrancar las viñas y al aumentar la plantación de espárrago. Fue en ese momento cuando casi de forma masiva se sustituyeron los animales. Esto se debió a que los agricultores se compraron mulas mecánicas para el espárrago y las empezaron a aprovechar para las viñas.
beneficios Trabajar la tierra con el ganado tiene importantes ventajas, tal y como explica Aingeru Alonso, viticultor de esta bodega. “Descompacta muy bien la tierra y deja menos trabajo para la azada, por no hablar del peligro que supone manejar una mula mecánica”.
Alonso explica que arar la tierra con animales era un deseo que tenían los responsables de esta bodega que produce vinos ecológicos. De hecho, por ejemplo, la viña más cercana a la bodega está en un terreno en pendiente donde trabajar con el tractor es prácticamente imposible. “Anteriormente, esta finca era un comunal de cereal pero la persona que la trabajaba la dejó porque pasaba muchísimo miedo con el tractor. Cuando pusimos la viña la plantamos haciendo terrazas y las cepas las pusimos en vaso copiando el sistema de plantación de las antiguas viñas. Esta finca la labrábamos con la mula mecánica, pero siempre queríamos hacerlo con ganado. Este año dimos con Alfredo Ferris. La verdad es que con el caballo, el arado llega hasta la misma cepa, la mula mecánica deja más espacio sin trabajar”, indica.
José Ángel Villar es el coordinador de los trabajos en el campo de Laderas de Montejurra. Una de las cosas que más le llamaron la atención es cómo Alfredo Ferris manejaba al caballo. “Se ha estudiado mucho cómo se comporta el animal y en función de eso se hace la doma. El trabajo del ganado con el de la persona está mucho más compaginado que antes. El caballo le obedece a todo”.
Esta forma de trabajar las viñas no está extendida en la zona aunque sí en otras, tal y como explica Alfredo Ferris. “No habíamos estado nunca en Navarra. Nos llaman sobre todo de la Ribera del Duero. Además ahora venimos de Madrid, de hacer labores forestales para las que el caballo funciona también muy bien”, indica el labrador.