SARRIGUREN - La asociación de vecinos de Erripagaña, de la que forman parte un centenar de personas, denuncia el olvido que sufren por parte de los tres ayuntamientos a los que pertenecen y piden a los tres nuevos equipos de gobierno “colaboración” y “diálogo” entre ellos para solucionar los problemas, principalmente referentes a servicios, que sufren más de 2.200 vecinos.

El presidente de la asociación, José Ramón Cubero critica las “mentiras” de los representantes de los consistorios de Pamplona, Burlada y Egüés; a finales de abril, estos mantuvieron una reunión con los vecinos de Erripagaá en la que “prometieron crear una comisión que tuviese poder para tomar decisiones del barrio en cosas que se pueden mancomunar, como los servicios de limpieza, gestión de parques y jardines, seguridad y aunar servicios como Educación y Sanidad”, detalla Cubero. Pero, según este vecino, los grupos políticos “accedieron a reunirse esa misma semana y jamás lo hicieron”.

La asociación se siente “estafada: “Nos han utilizado para dar la noticia con la que aparentar que escuchan a los ciudadanos, pero no, y eso nos enfada”. Los vecinos critican, especialmente, los oídos sordos que hacen desde el Ayuntamiento de Pamplona, no solo el gobierno de UPN sino, dicen, “todas las fuerzas políticas. Llegamos a oídos del Ayuntamiento a través de un eco, un runrún que nadie hace caso”. Pero, en concreto, tachan al alcalde Maya de ser “inaccesible, no hay ninguna forma de contactar con él, hay un montón de filtros por los que pasar antes”, se apena Cubero.

Una postura, la de la capital navarra, bastante alejada a la de los ayuntamientos de Burlada y el Valle de Egüés. Aunque aseguran que aún no han podido reunirse a solas con el primer edil burladés, “sí que nos orienta en algunos temas y nos está echando una mano para poder hacer las fiestas de barrio -previstas para el 27 de junio-, dejándonos los gigantes”, agradece el presidente de la asociación.

En cuanto al Valle de Egüés, Cubero elogia la actitud de su alcalde, “que es quien ha gestionado algo la conexión entre los ayuntamientos. La única traba en Egüés es la burocrática”.

Por todo esto piden a los gobiernos que resulten mañana “que colaboren, que mantengan un diálogo y que nos escuchen, que para todos los problemas tenemos ya muchas soluciones”, insta Cubero. “Y que no nos usen como objeto de sus debates políticos”, recalca Ainhoa Osta, de la asociación.

DE FONDO El gran problema de Erripagaña es que forma parte de tres ayuntamientos. El barrio no tiene ningún servicio público y sus vecinos son derivados a los de Pamplona, Egüés o Burlada, según su padrón. “Pero tengo la guardería de Mendillorri enfrente de mi casa y no puedo mandar a mi hija ahí, tengo que ir a Burlada, mucho más lejos”, denuncia Osta; pasa lo mismo con el centro de salud, instalaciones deportivas y Correos. “Para todo hace falta el coche; en otros lugares no pasa esto”, critica otra vecina, Itziar Lacunza.