los aficionados a la caza de la paloma viven con ilusión estos meses de otoño, los más importantes para quienes disfrutan de esta actividad, muy extendida en Tierra Estella en zonas como Guirguillano, Zufía, Igúzquiza o Lorca, entre otras muchas. La temporada oficial de caza de la paloma se abrió el pasado 1 de octubre y se extenderá hasta el 31 de diciembre. En estos primeros compases de la campaña los cazadores coinciden en señalar que no pasan muchos ejemplares, debido probablemente a que las bajas temperaturas no han hecho todavía su aparición en los países del centro y del norte de Europa.

Así, los cazadores esperan el paso de las palomas desde estas zonas europeas hasta el sur de la Península Ibérica, un hábito de estas aves que ha ido cambiando con el paso de los años. Así, muchos de los aficionados que estos días practican la caza en los montes de la Merindad creen que las pocas capturas que están teniendo corresponden a ejemplares que han pasado a vivir en la zona. Es el caso por ejemplo del cazador Rubén Alegría de Etayo, que explica que “no han pasado palomas todavía, las que se han capturado son todas que andan por aquí, que crían aquí y están quietas sin migrar a Europa por que aquí tienen alimento y agua y no les molesta nadie. Cada vez se cría más paloma sedentaria en los montes de aquí. Ellas mismas ven que tienen lo que necesitan”, señala este joven cazador de Etayo.

No obstante, otra parte sigue desplazándose de unas zonas a otras. “Las que vienen del centro de Europa no han migrado todavía porque se mueven según las inclemencias del tiempo. La paloma tiene instinto de migración, como muchas aves como los patos o las grullas”.

De esta manera, una vez que el frío aprieta en los países europeos, las palomas se desplazan hasta la Península, que atraviesan por distintas rutas para quedarse a pasar el invierno sobre todo en el sur, en zonas de Extremadura o en Portugal. Las palomas que se esperan en la zona pertenecen en su mayoría a las clases torcaz o zurita.

El movimiento de estas aves se desarrolla en función de las corrientes y los vientos. “Cogen una ruta u otra en función del viento. Si les pega el Sur tienden a ir por la costa, suben hacia arriba, mientras que si les da Norte buscan rutas más por la Ribera de Navarra. Los vientos son muy importantes, ellas van buscando los flujos de aire que les permite desplazarse mejor y con menos esfuerzo”, asegura Rubén Alegría.

cambios de tendencia Gran parte de los cazadores coinciden en señalar el cambio en la tendencia que se ha producido en los últimos años. “Antes pasaban de forma más escalonada, poco a poco. Ahora pasan muchas palomas juntas y en 2 o 3 días, no más. Generalmente buscan paso los días despejados”, asegura Rubén Alegría.

Los cazadores disfrutan de su afición en distintas modalidades. Por una parte en chozas, donde se espera a las aves y se las trata de cazar a parado cuando se parar en las ramas atraidas por reclamos como cimbeles. Por su parte, otros practican la modalidad a vuelo en puestos fijos. “En Tierra Estella hay mucha tradición de choza y hay mucha gente que lo vive, que por ejemplo se guarda las vacaciones para octubre para disfrutar de la caza de la paloma”, relata Rubén Alegría. Sin embargo, este cazador practica en su localidad, Etayo, la caza en puesto fijo. “En nuestro caso no se permite poner cimbeles, solo tirarles al vuelo”, resume Alegría, que este año ya ha tenido la oportunidad de hacerse con varias capturas aunque insiste que se trata de palomas criadas en la zona.

32 puestos en estella También esperan a la paloma los cazadores de la Ciudad del Ega. La Sociedad de Cazadores y Pescadores de Estella-Lizarra gestiona los 32 puestos de que existen en el coto. En ellos, los aficionados ya están instalados aunque de momento no ha habido mucha suerte con las capturas.

El presidente de la Sociedad de Cazadores y Pescadores de Estella-Lizarra, Jesús Vicente, explica que la temporada se extiende del 1 de octubre al 31 de diciembre en los puestos y chozas autorizados. “Se abre el 1 de octubre por tradición, pero en los últimos años hasta la última semana de octubre no pasan. De momento en Europa no hace frío. Si les llega una borrasca o cambia el tiempo empiezan a moverse. El año pasado por ejemplo los días 30 y 31 se vieron muchisimas. Pero cuando se abre se empieza a subir a las chozas y a los puestos, la gente prepara cosas, está un rato y si no hay nada se bajan, etc”, explica Jesús Vicente, que añade además que “hay mucha gente que sube a los puestos por las malvices. Ahora se las puede cazar así y a partir del 1 de noviembre también se puede al salto. Pero tampoco han empezado a pasar las malvices, esperamos que esta semana rompa algo”, confía.

Volviendo a la paloma, el presidente también indica que este paso se concentra en unos pocos días. “Te llegan todas en tres días y generalmente en días despejados. Antes iban viniendo parcialmente, y también pasaban si estaba lloviendo o nevando. Ahora es raro. Aunque la temporada está abierta hasta el 31 de diciembre, el grueso del paso se sitúa últimamente a finales de octubre y a partir del 15 de noviembre la gente deja un poco, ya se cansa”.

El cambio de tendencia hace también que las aves pasen agrupadas “se ven bandos muy grandes pero generalmente vuelan muy altos, no sabemos si es porque ya han cogido picardía y perciben que hay cazadores esperándolas. Generalmente se tira a los bandos pequeños, porque los grandes no suelen estar al alcance pasan muy altos”, indica Vicente. Tierra Estella es una zona muy palomera, como explican los aficionados. “Predominan más los puestos de vuelo. La choza es más tradicional pero hay personas que no aguantan estar cerrados, quietos, callados, y optan por el puesto. Los que usan las chozas es porque lo han vivido de siempre”, relata Jesús Vicente.