VILLAVA. 80.000 euros, 4.000 más que en anteriores ediciones, en un programa “participativo” que logra compactar 84 actos en ocho jornadas festivas. Una propuesta avalada por todos los colectivos sociales y que ha recibido también el apoyo unánime de todos los grupos municipales. El alcalde de Villava, Mikel Oteiza, (Eh Bildu) y el concejal de Cultura, Peio Gurbindo, (Eh Bildu), junto con el técnico de Cultura, José Vicente Urabayen, dieron a conocer ayer las novedades del programa festivo que arrancará el sábado 1 de octubre de la mano del grupo Scout San Andrés (a través de una votación popular en la que hubo que elegir entre tres candidaturas), “por sus 25 años de andadura y en reconocimiento a su trayectoria”, y se prolongará hasta el domingo 9 con un único día de tregua (el miércoles 5). El programa ha elevado a “tradición” el fortalecimiento de sus señas de identidad con actos como la degustación de relleno, el alarde de txistus, los bailables populares o la comparsa de kilikis, reiteró Oteiza. Junto al recinto festivo central (calle Mayor-Plaza Consistorial) y las choznas se suma este año la carpa que se va a instalar en la plaza Sancho VI el Sabio donde, según Gurbindo, se trasladarán los parques infantiles (días 3, 8 y 9 por la mañana) ante la demanda vecinal de “descentralizar la fiesta”, el festival de jotas del día 2, la sesión de baile y el master zumba, novedades del año pasado. Los colectivos populares recibirán un 3% más de dinero para desarrollar sus actividades, la mayoría de ellas integradas en el programa oficial como es el caso de la cena para jóvenes o el Juevintxo
Gurbindo destacó, entre los diferentes actos, el “fuerte arraigo” de los partidos de pelota, que ya se celebraban en los años 30 y 40, y que en el festival del día 2, el primer domingo de fiestas, enfrentarán a Titín III-Azanza contra Xala-Lasa. El segundo domingo destaca también el concierto de blues-rock con el artista británico Ben Poole. El programa mantiene los festejos taurinos, es decir dos días de vaquillas (lunes y martes) , con un coste mínimo (3.753 euros), y sin controversia, tal y como abundaron ambos corporativos. “En su momento se planteó una moción en el Ayuntamiento para suprimir las vacas y no salió adelante”, reiteró Gurbindo. Oteiza aseguró también que son tantos actos y tan arraigados que sería “inviable” acortar el programa en días siendo además las últimas fiestas del verano. El programa recoge también la procesión con la imagen de la Virgen del Rosario y precedida de la comparsa, gaiteros, coral y banda. Para el primer edil, la iglesia parroquial es un “colectivo más”, y se deja a libertad de los corporativos participar en este acto, no siendo obligatorio. - A. Ibarra