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Ayudar es gratis

La asociación Cambalache lleva 4 años apoyando cualquier iniciativa social y cultural de Noáin Cuarenta mujeres acuden al costurero y las excursiones por el valle congregan a 150 personas

Ayudar es gratisIBAN AGUINAGA

NOÁIN. Hoy necesitas nuestra ayuda, mañana necesitaremos la tuya. Con esta premisa, Mercedes Imízcoz, Yolanda Marco y María Ilarduya crearon hace cuatro años la asociación Cambalache, un laboratorio de ideas abierto a cualquier iniciativa social y cultural de Noáin. Más tarde se incorporó Berta Iriarte y recientemente dos chicas más, Mónica y Ainhoa, que, junto al único chico, Miguel Ángel Sánchez, forman el núcleo organizativo del grupo. Se les puede ver haciendo un taller de pintacaras en fiestas u ordenando el tráfico en una carrera. Se trata de “echar una mano en lo que podamos”, señalan, dinamizar en definitiva un pueblo que en los últimos años ha crecido mucho y en el que ya no todos los vecinos se conocen. Por eso, uno de sus objetivos es integrar a la gente que ha venido de fuera.

De la mano de la Casa de Cultura, Cambalache se hace visible en buena parte de la vida social de Noáin: las fiestas, la cabalgata de Reyes, Olentzero, la fiesta del colegio, los scout, actividades infantiles y deportivas, la lucha contra el bullying, el Servicio Social de Base... Colaboran también con cualquier causa en apoyo de enfermos: Síndrome de Dravet, Síndrome de Down, autismo, esclerosis múltiple... Y tienen además dos actividades propias desde el primer día: el costurero y las excursiones que denominan Conoce tu valle.

En el costurero, ubicado en el sótano del centro cultural, se reúnen unas cuarenta mujeres, en dos turnos, los miércoles y los viernes. “Por circunstancias personales me encontré con mucho tiempo libre y el costurero me desconectaba de estar en casa todo el día, me permitía conocer gente, subir la autoestima de una misma”, relata Mercedes Imízcoz rodeada de una docena de mujeres que se afanan con las máquinas de coser. No hay nada establecido en el grupo. “Hay gente que viene con un poco de idea y otra que empieza de cero; unas enseñan y otras aprenden, según las necesidades y las ganas de cada una. También las hay muy expertas que se animan con chaquetas o vestidos”, añade Imízcoz. Cada dos cursos, este año toca, al finalizar exponen sus trabajos. Otras veces se van de excursión, como la que hicieron al Museo Balenciaga de Getaria. Aunque el curso es gratuito, ponen 10 euros cada una para estos pequeños gastos. El dinero repercute en la propia actividad, material de trabajo, máquinas de coser... “Lo mejor es la relación intergeneracional que se ha creado, las relaciones humanas, que cada una aporta lo que sabe y eso para nosotras es una satisfacción personal, no aspiramos a más”, añade María Ilarduya.

conoce tu valle La otra actividad fija son las excursiones por Noáin y el Valle de Elorz. Hacen un par al año, en primavera y en otoño, a pie, y ya han recorrido Noáin, Zabalegui, Torres de Elorz, Guerendiain, Yárnoz, Otano, Oriz... Se plantea como una actividad abierta, en la que puedan participar familias enteras y, de hecho, en cada excursión se reúnen en torno a 150 personas. “En cada pueblo los vecinos nos cuentan curiosidades, nos enseñan sus casas, cómo es y cómo era su vida, su trabajo”, señala María Ilarduya. “En Torres, por ejemplo, nos mostraron el trabajo con el cereal, la maquinaria agrícola; para los niños era un descubrimiento”, abunda.

A principios del siglo XXI Noáin no llegaba a los 4.000 habitantes. Hoy supera los 8.000 y esa pequeña revolución demográfica se ha notado en el pueblo. “Ha llegado mucha gente nueva de fuera que no conoce el valle. Por ejemplo, a una excursión vino una pareja, ella de Madrid y él de San Sebastián; les parecía curioso; también una chica inglesa con sus padres que querían conocer el acueducto”, añade. Así, locales y foráneos confraternizan, y más con la txistorrada final con la que suelen terminar las excursiones.

Las mujeres de Cambalache piensan ya en nuevos proyectos, como cursos de cocina o de fotografía. “Estamos abiertas a todo, con ganas de que venga gente nueva que quiera aportar ideas”, asegura Berta Iriarte. Todo dentro de esa filosofía que impregna su actividad: “Ayudar y que te ayuden”.