tafalla - La Comisión de Igualdad del Ayuntamiento de Tafalla reconoció ayer, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, a las primeras mujeres que se incorporaron desde 1969, como operarias en la cadena de producción, a la fundición Victorio Luzuriaga, ahora Fagor Ederlan, así como a los familiares de las hermanas Úriz Pi, en concreto Elisa Úriz Pi (Tafalla 1893-Berlín Oriental 1979) y Josefa Úriz Pi (Badostáin 1883-Berlín Oriental 1958), quienes destacaron por haber promovido importantes innovaciones pedagógicas durante la II República, por defender los derechos tanto de las mujeres como de la infancia y por haber combatido heroicamente contra el nazismo durante la II Guerra Mundial.

Durante el homenaje, realizado en un abarrotado salón de plenos, la concejala Cristina Arconada destacó la labor de las operarias de Luzuriaga por haber roto “estereotipos de género” al entrar a desarrollar “actividades que hasta el momento les estaban negadas por ser consideradas de hombres”.

En este sentido, una de las protagonistas, Pili García, reconoció que “era un trabajo duro, pero como éramos jóvenes podíamos con todo”. Asimismo explicó que “era distinto a todos los trabajos que habíamos desempeñado hasta la fecha, porque hasta entonces la mayoría solo habíamos estado en conserveras o limpiando casas”. No obstante, todas coincidieron en que “fueron años muy bonitos” de los que guardan “muy buenos recuerdos”, subrayaron las hermanas María Jesús y Rosarito Lizarbe.

Recordaron, también, que para igualar el salario de los hombres necesitaban cobrar las primas que se concedían por realizar un número concreto de piezas en una hora. Y es que “no hay que olvidar que estábamos en una fábrica de hombres y que nuestra categoría, por tanto, era inferior” leyó, en nombre de las operarias reconocidas, la edil Goizeder Juango, sobrina e hija, a su vez, de dos trabajadoras de Luzuriaga. Eso sin contar con que las menores de edad cobraban “mucho menos” denunciaron. Comentaron, además, cómo para combatir la escasez de duchas existente, mientras unas se enjabonaban las otras se daban agua o se limpiaban en los abrevaderos para poder llegar a tiempo al autobús que les llevaba de vuelta a la ciudad.

Además repasaron cómo muchas de ellas se enamoraron en la fábrica y se casaron. Este es el caso de María Ángeles Ruiz y Javier Ozcáriz, Conchi Sola y Andoni Berrotarán (cuya hija, Ainara, trabaja hoy en día en las oficinas de Fagor Ederlan) o Pili Gil y Miguel Valencia. Cuando esto sucedía, recibían la dote, “la asignación económica que nos correspondía por la boda y finiquito”. Al hilo, indicaron que “aunque ninguna de nosotras pudo volver a trabajar en Luzuriaga, no sin intentarlo de nuevo, hemos seguido trabajando para seguir construyendo nuestras vidas. Pero, sobre todo, conseguimos dar un pasito más hacia la igualdad”.

Por otro lado admitieron haber visto a sus padres llorar de tristeza porque “los atrasos y salarios que recibíamos eran mayores que los que ellos tenían con todos sus años de experiencia y antigüedad”, a la par que de orgullo “por saber que su hija estaba labrando su futuro teniendo toda una vida por delante”.

En concreto acudieron al acto Mª Ángeles Ojer, Maribel Azcona, Petri Lacunza, Tere Górriz, Pili Gil, Rosarito Lizarbe, Mª Ángeles Ruiz, Mª Esther Górriz, Reme Mostazo, Mª Jesús Lizarbe, Conchi Sola, Montse Sánchez y Pili García.

Mabel Pascual, representante del sindicato LAB, hizo por su parte un recorrido sobre la presencia de las mujeres en Victorio Luzuriaga, ahora Fagor Ederlan. Señaló que entre finales de los años 60 y principios de los 70 entraron a trabajar en la fábrica unas 40 mujeres. Hubo que esperar, sin embargo, hasta mediados de los 90 (tras 15-20 años sin contrataciones de operarias) para ver cómo, fruto de la lucha impulsada por la organización feminista Egizan, la fundición contrató a diez trabajadoras. Actualmente Fagor Ederlan cuenta con alrededor de 120 operarias, siendo “el 20% de la plantilla”, resumió Pascual.

En lo concerniente a las hermanas Úriz Pi, cuya familia residió una década en Tafalla, llegando incluso a nacer una de ellas (Elisa) en la ciudad del Cidacos, el reconocimiento se personificó en Elena Úriz, sobrina nieta de las homenajeadas, quien dijo estar “orgullosa” de llevar su apellido. Tras haberse carteado varios años con Elisa, desveló haber aprendido de ella, entre otras cosas, “la importancia de tener conciencia crítica y de defender mis derechos como mujer”.

Durante su intervención, Pili Berrio, representante de la Asociación feminista Gure Indarra, acercó la figura de Pepita y Elisa Úriz Pi a los asistentes al acto y solicitó al Ayuntamiento de Tafalla que se les dedique una calle.

Por otro lado, cabe destacar que la jornada comenzó con una comida en un asador local. Antes del homenaje se leyó un manifiesto y concluido el mismo fueron decenas las personas que, respondiendo a la convocatoria de las Asociaciones de Mujeres de Tafalla, se concentraron en la plaza bajo el lema ¡La solidaridad feminista es nuestra fuerza! Emakumeon elkartasuna gure indarra da!

Cine, debate y teatro Entre los actos organizados con motivo del Día Internacional de la Mujer, asimismo, cabe destacar la mesa redonda realizada el pasado 3 de marzo, fecha en la que representantes de las asociaciones locales La Rentería, Monteplano, Gure Indarra, Oihu Feminista y Lamias debatieron sobre Feminismo en Tafalla: Historia, realidad y propuestas de coordinación.

Este viernes, además, Txalo Teatro representará la obra El año que viene será mejor a las 20.30 horas en el Centro Cultural Tafalla Kulturgunea. La entrada cuesta ocho euros. Por último se ha programado el Ciclo de Cine y Mujer, que contará con servicio de guardería (debe solicitarse con dos días de antelación a través del e-mail igualdad@ tafalla.es) en el que se proyectarán Bar bahar. Entre dos mundos (9 de marzo), Los inocentes (16 de marzo), Migas de pan (23 de marzo) y Jackie (30 de marzo). El precio de la entrada será de 4 euros y se realizarán dos sesiones, a las 18.00 y a las 20.15 horas.