En 1890, la calle del Bosquecillo era poco más que un camino de tierra apisonada que, partiendo del final de la calle Mayor, embocaba directamente a la salida de la ciudad, tras atravesar el portal de la Taconera.
La fotografía de aquel año presenta la calle casi desierta. La calzada permanece casi totalmente vacía, y lo previsible es que tan solo fuera atravesada por los carros y caballerías que entraban y salían de la ciudad. Por la acera de la izquierda se acercan un hombre y una mujer de edad, mientras que tres mujericas se encaminan hacia la embocadura de la calle Mayor. Ambas aceras van flanqueadas por hileras de árboles que hoy nos parecen más propios del Señor de los Anillos que de Pamplona. A lo lejos puede verse la torre de San Lorenzo, que por entonces era aún el mismo torreón medieval que durante siglos había formado parte del recinto amurallado, y que en su momento sirvió para proteger el aledaño portal de San Lorenzo.
Hoy en día, y merced a las obras de calmado del tráfico, la calle del Bosquecillo está en fase de transformación. Hacía décadas que se había convertido en un anodino aparcamiento de coches, que partía en dos el parque y dejaba la zona del Bosquecillo aislada del resto de la Taconera. Eliminados los coches, se podrán también modificar aceras, setos y parterres, para humanizar el entorno y evitar su fragmentación. En definitiva, que las obras acercarán el aspecto de la calle al que tenía ahora hace 127 años, dotándola de una suerte de boulevard que comunique el casco antiguo con la zona de Antoniutti y Vuelta del Castillo.
Por lo demás, podemos añadir que la torre medieval de San Lorenzo fue derribada en 1901 para levantar una moderna, de estilo ecléctico y mucho más anodina. Una pena. Cuando las obras estén terminadas y la urbanización se haya completado, traeré otra vez la foto de la calle y haremos otra comparativa... ¿vale?