etxalar - El Domingo de Palomeras, Usategiko Igandea en euskera, salió redondo ayer en Etxalar, donde lució un sol de otoño espléndido, acudió bastante gente a presenciar la ancestral caza con redes y se capturaron seis docenas de palomas y txolomak (zuritas, palomas de menor tamaño) y se finalizó con la verbena que se celebró en el pueblo al atardecer. Amaneció con niebla cerrada y agarrada a la parte baja de la cuenca del Bidasoa, pero precioso de sol, luz y de color otoñal en los bosques y prados de Yarmendi, el collado donde se instalan las redes desde hace más de seis siglos, y la gente se encontró con la Madre Naturaleza en su pleno esplendor.

Para la docena de etxalartarras que hacen su labor, transmitida por generaciones, en el complejo sistema de caza con redes, la tarea se inició enseguida. Desde hora temprana empezaron a llegar bandadas que, con el lanzamiento de paletas pintadas de blanco que simulan halcones y agitando trapos atados en la punta de una vara, se dirigieron hacia las redes que cayeron sobre ellas y fueron capturadas.

Detrás de la línea de las seis redes se situaban los cazadores de escopeta, que también abatieron algunas docenas al disparar tras los toques de corneta que indican que ya pueden disparar una vez se han soltado las redes. El tiempo, con suave viento norte, es el más conveniente para cazar en Etxalar con las redes, donde un año más, y van más de 40, estaba bien txintxo el más veterano de la partida, Gerardo Damboriena, de Landaburukoborda y 69 años de edad. Por fiel a la tradición, el pasado año se le ofreció un homenaje y Gerardo sigue “a pie de red” y con el mejor ánimo hasta que el cuerpo aguante.

BUEN COMIENZO La temporada se está mostrando generosa con los vientos y la migración temprana de los primeros bandos de aves hacia el sur a pasar la invernada. En una semana, se han capturado en las redes nueve docenas y ocho palomas (en Etxalar, las capturas se cuentan por docenas) con lo que ya está un poco más cerca la cifra del año pasado, las 1.676 capturas que no se conseguían desde hace una década, desde el año 2007. Y los seguidores de las témporas (antiguo medio de predicción meteorológica popular) afirman, con todo y ser discutidos por quienes confían más en las isobaras y los anticiclones, auguran un tiempo seco y de norte hasta las lluvias que llegarán a final de mes.

El Domingo de Palomeras se adelantó una semana para no coincidir con Nafarroa Oinez que, en favor del euskera, es cita ineludible moralmente el próximo en la vecina Lesaka. Por eso se esperaba menos gente, y de hecho se notó pero tampoco mucho, como dijo Laura Elizagoien, la eficaz encargada de las visitas guiadas a Palomeras. Un día magnífico, domingo pinpiripingo como decían los chavales hasta medio siglo atrás.