En 1965 - Residir más allá de la Vuelta del Castillo era algo así como vivir fuera de Pamplona. La ciudadela, ocupada aún por los militares, era una barrera formidable, que separaba Iturrama del casco antiguo obligando a dar grandes rodeos, y la propia “Vuelta” era un lugar inhóspito, sin aceras, sin apenas iluminación, que en invierno se embarraba y en verano se llenaba de cardenchas, yezgo, cardos borriqueros y todo tipo de especies espinosas. Los rebaños de ovejas visitaban diariamente sus campas, y no era infrecuente que militares y guardias civiles hicieran allí prácticas de tiro con fuego real.

La fotografía muestra el tramo central de la calle, y el bloque de viviendas de la imagen se corresponde con el actual nº 3 de la calle Vuelta del Castillo. Sus autores fueron los arquitectos Javier Guibert y el recientemente fallecido Fernando Redón, y en ella vivió, durante la friolera de 30 años, quien esto escribe.

Hoy en día - En sentido estricto al menos, no es posible reproducir la foto de hace 52 años, puesto que la carretera no transcurre exactamente por el mismo lugar. Hace ya muchos años que se le dio una “mordida” importante a la Vuelta del Castillo para trasladar la carretera, eliminando buena parte de los árboles que se apreciaban en 1965. Algunos de los situados hacia la derecha se incorporaron a los jardines que hoy hay junto a las casas, y durante muchos años fue posible apreciar en ellos las marcas blancas de la cal que lucía, recién puesta, en 1965. Otros fueron arrancados, y sus gigantescas raíces se depositaron en las traseras de las casas, hacia la actual avenida de Sancho el Fuerte, convirtiéndose en improvisado lugar de juegos para los críos del barrio.

Ni qué decir tiene que hoy, la Vuelta del Castillo, con su arbolado de gran porte, su cuidado césped y su carril bici, es uno de los parques más atractivos de Pamplona. Ya lo creo...