etxarri aranatz - Con el fin de sacar a la luz el sufrimiento que ha padecido el pueblo de Etxarri Aranatz por motivos políticos y avanzar en la convivencia, el Ayuntamiento encargó a Euskal Memoria Fundazioa un mapa del sufrimiento que se presentó ayer. “El estudio viene a saldar una vieja deuda que este pueblo tiene con el pasado”, destacó la alcaldesa, Eneka Maiz. “Es fundamental hacer un ejercicio con una perspectiva global para entender muchas claves de nuestro pasado y nuestro presente, y poder abordar mejor nuestro futuro”, incidió Maiz, acompañada en la presentación de la iniciativa por los concejales Alazne Juaniz, Aritz Ikobaltzeta, Begoña Goikoetxea y María Saez de Albeniz.

Se trata de un trabajo pionero en Navarra, subvencionado por la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos. “Pensamos que es el camino a seguir. Para hablar de convivencia y paz definitiva hay que realizar estudios inclusivos y globales”, destacó. “El objetivo es aportar un instrumento de trabajo a los etxarriarras “para superar el pasado y tender puentes entre nosotros”.

Por ello, hizo un llamamiento a la población, a los agentes sociales y a las instituciones para que se creen espacios de entendimiento y convivencia y se trabaje por “mejorar el déficit de democracia y libertad”. La presentación del estudio a la población tendrá lugar el próximo martes 30 en la casa de cultura, a partir de las 18.30 horas, y contará con la participación de Iñaki Egaña, de Euskal Memoria Fundazioa.

ocho décadas El estudio arranca con el alzamiento fascista de julio de 1936 y concluye en la actualidad. Incluye asesinatos y muertes violentas, encarcelados, exiliados, alejados, depurados, inhabilitados, amenazados y agresiones, entre otras cuestiones, una larga y negra lista que dejó durante la guerra 17 vecinos ejecutados o desaparecidos a manos de las fuerzas sublevadas contra la República. Entre éstos, Maiz destacó el asesinato de Félix López, presidente de la gestora del Ayuntamiento de Etxarri en el año 1933.

Asimismo, otros cuatro etxarriarras murieron luchando en el frente republicano. Además, 17 personas fueron encarceladas y 12 maestros, concejales o empleados municipales fueron depurados, es decir, destituidos de sus cargos o desterrados a otras localidades. Por otro lado, un niño de Etxarri murió en Pamplona en 1937 por las bombas lanzadas por un avión del ejército republicano y 24 vecinos fallecieron en el frente con los nacionales.

Al respecto, la alcaldesa destacó que 225 etxarriarras combatieron en este bando, bien de forma voluntaria o reclutados. Después, en la posguerra, siete vecinos tomaron el camino del exilio o fueron internados en campos de refugiados y otros cinco fueron encarcelados en los primeros años del franquismo.

La tercera parte del estudio es desde 1958, cuando surgió ETA, hasta la actualidad . El primer muerto de Etxarri fue en 1970, cuando Antonio Goñi fue detenido y torturado tras participar en una protesta contra el Juicio de Burgos. Hasta 1975 el Tribunal de Orden Público llegó a juzgar a seis vecinos, cinco de los cuales fueron encarcelados. En 1976, cinco vecinos fallecieron por la explosión de una granada de mortero recogida en Urbasa tras unas maniobras del Ejército . Tres años después, en enero de 1979, fue asesinado por ETA el exalcalde de Etxarri, Jesús Ulayar.

Por otro lado, hay constancia de tres muertes violentas de vecinos que militaron en ETA y de ocho personas que resultaron heridas por la acción de las fuerzas de seguridad en el transcurso de diversas movilizaciones, además de acciones de la denominada guerra sucia en las décadas de los 70 y 80.

Además, 64 vecinos fueron detenidos, algunos de ellos en varias ocasiones. Asimismo, 11 personas se exiliaron. En el estudio también se recogen hasta 19 acciones de la llamada kale borroka y la existencia de un clima de amedrentamiento y amenazas a cargos públicos y trabajadores municipales, así como una lista de ocho insumisos al servicio militar obligatorio que acabaron cumpliendo penas de prisión. Esta lista negra finaliza con seis presos políticos, todos ellos encarcelados en centros penitenciarios muy alejados de sus domicilios.