Los valles pirenaicos pierden 1.700 habitantes en 30 años
El Pirineo cuenta con 5.624 habitantes censados durante 2017, de los cuales se estima que sólo un 35% vive diariamente en la zona
ARIBE - La despoblación sigue cebándose con los pueblos del Pirineo navarro. En sólo tres décadas, el número de empadronados ha pasado de 7.316 a los 5.624 actuales, según los datos del censo poblacional del Instituto Nacional Estadística a día 1 de enero de 2017. Sin embargo, estas cifras -que reflejan un descenso del 1,42%- son más sangrantes si se analiza la verdadera población que existe entre semana. Según colectivos que trabajan por el desarrollo de los valles pirenaicos, como Bizirik Gaude, sólo se puede computar realmente el 30 % de los datos oficiales.
Así lo han demostrado estudios realizados, por ejemplo, por los alumnos de la escuela de Garralda, quienes han constatado que de los 892 habitantes oficiales en 2016 en el valle de Aezkoa, la población real es de 598, un 33% menos. Una situación cuanto menos preocupante que es exportable al resto de los valles montañosos.
No obstante, atendiendo a los datos oficiales, se determina que, en comparación con el año 2016, la población ha descendido en 105 personas y sólo ha ganado 25 nuevos vecinos. Por tanto, ha habido un descenso de 80 personas en el conjunto de los municipios pirenaicos. En cuanto a la caída de población, es una situación que se repite cada año en todos los municipios, los cuales han perdido en torno a 3-5 personas, siendo esta vez notorio el caso de Otsagabia, que ha perdido 10 habitantes, o Roncesvalles, que cuenta con 13 menos. Por el contrario, los únicos ayuntamientos en los que más ha crecido su registro poblacional han sido Artzibar (11 personas), Aria (1), Auritz/Burguete (1), Garralda (3), Güesa (1), Orontz (2), Roncal/Erronkari (3), Sarriés (1) y Bidankoze/Vidángoz (2).
FIN DE SEMANA La situación orográfica del Pirineo y su distancia con la capital hace que muchos habitantes se vean obligados a residir en Pamplona por motivos de trabajo. Sin embargo, en torno a un 65% continúan empadronados en sus pueblos, ya que es habitual que regresen a sus casas durante los fines de semana. Valles como Artzibar/Arce o Erro experimentan una situación más positiva por su cercanía con Pamplona, ya que se mantienen -en 1996 Erro contaba con 787 habitantes y hoy son 789- o crecen -Artzibar ha ganado respecto al año anterior 11 nuevos vecinos-, no así los valles de Erronkari o Zaraitzu, que pierden respecto a 2016 23 y 29 vecinos respectivamente, un total de 996 empadronados en las tres últimas décadas. A eso hay que añadir que se trata de una población muy envejecida, en torno a un 35% son mayores de 65 años, y con escasa natalidad.
Por último, en lo que respecta a la densidad de población, el Pirineo tiene una media de 3 habitantes por kilómetro cuadrado, muy por debajo de la media de la Comunidad Foral, que se encuentra en 61 habitantes por kilómetro cuadrado. Una situación muy desoladora y urgente que afecta al empleo, a la vivienda, a la educación y a la vida social de su habitantes.
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