mezkiritz - “Hay que poner en valor, rescatar y recordar la historia para que las generaciones venideras sepan cómo se vivía y trabajaba en esa época”. Así de contundente se muestra Ángel Sánchez Garro cuando habla de su último documental, Kuxetagileak/Los cuchareros, un trabajo que destaca el recorrido del último cucharero de Navarra: Markos Saragüeta. Y, precisamente, el numeroso público que asistió este pasado jueves a su estreno en la Filmoteca de Navarra pudo recuperar por unos minutos la memoria de este vecino tan querido de la casa Etxetxikia de Mezkiritz, que falleció en 2003 después de haber dedicado toda una vida al arte de fabricar con sus manos cucharas de boj.

La idea de realizar este documental inédito surgió a raíz de que la Fundación Mariscal don Pedro de Navarra, promotora del Museo Etnográfico navarro, le propusiera aprovechar una serie de películas grabadas en super 8 milímetros entre los años setenta y ochenta, entre las que se encontraba una película muda donde aparecía Markos Saragüeta. A su vez, hace ya un año y medio, comenzó a profundizar y documentarse en el oficio de cucharero hasta el punto de encontrar una grabación de audio de una entrevista realizada a Markos en la radio local Irati Irratia. “Tenía una documentación interesante, desde verle a Marcos trabajar hasta oírle cómo lo cuenta, cómo hace, qué herramientas utiliza, a cuánto las cobra”, asevera el documentalista.

Lo que no se imaginaba es que luego conocería a dos personas que intentan mantener el oficio: Mikel Zalba, de Mezkiritz, y Aritz Agorreta, de Ureta. “Quieren recuperar y aprender el oficio, no para vivir de ello, sino porque no quieren que caiga en el olvido”, expresa Sánchez. Por eso, decidió invitarles a participar en el documental, al igual que a los hijos de Markos Jesús Mari y Asun, a quienes ha entrevistado para averiguar qué recuerdos les queda de su padre, cómo se vivía en el pueblo cuando eran niños, de dónde cogían el boj, cuántas cucharas vendía o a dónde las exportaba.

ÚLTIMO CUCHARERO Markos Saragüeta fue el último artesano de cucharas de boj en Navarra, un oficio que tuvo su auge en el siglo XX en los valles pirenaicos hasta su casi desaparición en los años 80. En el valle de Erro existieron otros cuchareros como en Lintzoain, en Aurizberri/Espinal y en Aintzioa, pero el de Mezkiritz fue el que más preservó la tradición. “Markos me interesó especialmente porque, a pesar de que hubo una época de abandono de los pueblos con la industrialización, él no quiso marcharse de Mezkiritz y decidió vivir del oficio que le gustaba”, confiesa el director.

De hecho, hasta los 91 años siguió dedicándose a la pasión de su vida. Una pasión que le fue transmitida a los nueve años de la mano de su padre y de su abuelo y que le llevó a convertirse en uno de los artesanos tradicionales más reconocidos, ya que exportaba a lugares como Barcelona y Valencia. Además, se daba a conocer en ferias y mercados. “El trabajo del artesano siempre ha sido muy respetuoso con el medio ambiente y con el modo de vida, y es de admirar el gusto que tienen por el trabajo bien hecho con herramientas que parecen arcaicas”, admite. Así, era habitual que Markos fabricara y vendiera varios tipos de cucharas, como la kuxeta, cuchara normal de pico; la kutxarona, un cucharón; la cuchara de vuelta , que sólo realizaba por encargo y que recuerda a las de metal; o el tenedorea, el tenedor de madera.

Ahora, gracias a la sensibilidad de Ángel Sánchez, que ya está trabajando en otros nuevos proyectos relacionados con la tradición y el arte navarros, el gran legado cultural y etnográfico que dejó Markos Saragüeta queda atesorado en esta cinta documental de 35 minutos, la cual se volverá a proyectar el próximo jueves 1 de marzo en la Filmoteca de Navarra, junto al cortometraje documental Almadieros.