El proyecto en torno a los restos del fuerte carlista de San Juan en Arandigoyen ha dado sus primeros frutos, exitosos además. Así, los trabajos arqueológicos se han llevado a cabo durante 2017 y han traído consigo el hallazgo de restos completos de muros con piedra de sillería, además de otros materiales, como utensilios de la vida diaria y también munición y restos de armas de la Guerra Carlista. El próximo 17 de mayo comenzará la segunda fase.

Este proyecto de valoración de los restos conservados del Fuerte de San Juan de Arandigoyen lo coordina el historiador estellés Iban Roldán, que realiza una tesis sobre el Carlismo en la zona de Tierra Estella, bajo la dirección del profesor de la UPV-EHU Sergio Escribano. Las excavaciones cuentan con el apoyo del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la Universidad del País Vasco, del Ayuntamiento del Valle de Yerri, Fundación Caja Navarra, Museo del Carlismo, Asociación Turística Tierras de Iranzu e IES Tierra Estella.

Los trabajos se han centrado en la búsqueda de los restos del Fuerte de San Juan, que se encontraban bajo tierra y prácticamente tapados. Se trata de una estructura levantada por el bando carlista para la defensa de Estella, a finales de la 3ª Guerra Carlista (1875-1876), de la que apenas existía documentación. En este sentido, los historiadores Sergio Escribano e Iban Roldán explicaron que “del bando liberal hay más documentación, no así de las fortificaciones carlistas”.

sondeos Las labores arqueológicas en torno al Fuerte de San Juan han incluido la realización de dos sondeos para valorar qué restos podían existir. Asi, se ha llevado a cabo uno en el foso y otro al lado de la estructura de sillares. Dos metros de sedimento, de tierra y otros restos, cubrían el antiguo fuerte.

Sin embargo, una vez retirados esos sedimentos, el hallazgo no ha podido ser más esclarecedor. Así, han aparecido sillares de piedra de los muros y también 15 mechinales de diferentes medidas que indican que existía un piso superior, seguramente un piso de guardia.

A estos restos arquitectónicos se suman otros como materiales de uso diario (vajilla, cántaros, jarros, etc.), así como elementos bélicos: restos de bayonetas, fragmentos de granada, o balas Remington que ubican este fuerte en la Tercera Guerra Carlista.

“Aparece una estructura de muro de dos metros casi intacta y restos de cerámica muy enteros. El fuerte fue tapado y colmatado después de la contienda, por eso los restos están prácticamente intactos. Si hubiese estado al descubierto los sillares se hubieran utilizado en cualquier construcción”, resumió Sergio Escribano.

Por su parte, Iban Roldán explicó que hay más fortificaciones en los alrededores “a partir de la batalla de Lácar se tejió un sistema de trincheras, fortificaciones, etc. en el entorno de Estella. Tras la guerra, a los ayuntamientos se les ordena destruir cualquier resquicio y muchos se tapan”.

En lo que se refiere a la nueva fase que va a comenzar este mes, el objetivo es seguir avanzando hacia la pendiente para alcanzar la abertura desde la que se disparaba desde el fuerte. Estos trabajos se harán mediante el apoyo de voluntariado. En este caso, se ha propuesto que participen alumnos y alumnas de 4º de ESO del IES Tierra Estella. Asimismo, está abierto a otros interesados.

Proyecto. Los resultados fueron presentados ayer por Ramiro Urra, alcalde de Yerri, Jesús Jiménez, de Fundación Caja Navarra, los historiadores Sergio Escribano e Iban Roldán, Charo Apesteguía, de Tierras de Iranzu, Toño Ros, director del IES, e Iñaki Urricelqui, del Museo del Carlismo de Estella.