Los usuarios del centro de personas discapacitadas Las Hayas, Asier Rey, Lourdes Laredo, Adriana Azkona, Igarki Abaurrea, Carolina López y Esteban Elizalde, y los trabajadores jubilados Javier Basarte, Nekane Murillo, Contxi Ruiz y Asun Esain, dieron el pistoletazo de salida a las fiestas que se prolongarán todo el fin de semana, y manifestaron sentirse “muy contentos y emocionados antes de corear !Viga Sarriguren, Gora Sarriguren!”. El tiempo hizo tregua para que los más pequeños pudieran disfrutar de los actos programados y pensados a su escala. Lo único que llovió desde el balcón del Ayuntamiento fueron globos, caramelos y balones con los que después jugaron los niños y niñas. La alegría la acompañaron Gaztetxaranga y los gaiteros del pueblo que, nada más arrancar las fiestas, siguieron recorriendo las calles. Un cohete a su vez reivindicativo, que dejó ver su apoyo a los jóvenes de Altsasu, a la iniciativa de Euskaraldia, y su rechazó a la violencia de género, un tema muy sensible en estas fiestas. Las novedades del programa de fiestas son las actividades para los jóvenes entre los que destaca una gincana, el musikarro, un alarde de txistularis el domingo a la tarde en la carpa municipal, así como las actividades para los niños: gigantes, hinchables, teatros, toros de fuego, música... El grueso del programa se lo lleva la actividad infantil pero los jóvenes ya van haciéndose hueco y, por eso, este año se han incluido más actividades para ellos.
Sarriguren es una población de 14.000 personas en la que el porcentaje del 30% tiene menos de 20 años lo que supone que hay un porcentaje muy alto de niños. En Sarriguren nace una media de un niño al día, y han llegado a nacer 450 niños en un año. Joseba Orduña, concejal de Igualdad y Cultura, insistió en la importancia que tiene concienciar a los ciudadanos sobre la violencia de género: “Ya llevamos unos años desde que se creó el área de igualdad y en estas fiestas le hemos dado todavía más ímpetu a la violencia de género. Conforme va creciendo la juventud hay que concienciarles y también a los vecinos mayores; entendemos que es algo importante prevenir, y no solo en las actividades festivas, sino durante todo el año”, añadió Orduña. El centro Félix Garrido se ha sumado a la iniciativa y ha preparado unos pins que se repartieron ayer. Según el concejal, la ciudadanía tiene “muy interiorizado” el símbolo de la mano roja y es algo que funciona muy bien.