etxarri aranatz - Después de 23 años al frente del camping y las piscinas de Etxarri Aranatz, Floren Vicente Imaz dejará la gestión de estas instalaciones municipales el 31 de diciembre. Y es que el Ayuntamiento de esta localidad ha vuelto a sacar a concurso la concesión de este servicio público después de quedar desierto en una primera convocatoria. Las propuestas se pueden presentar hasta el 9 de noviembre. Lo cierto es que este olaztiarra de 62 años ha sido testigo y parte de la evolución de esta camping, que en la actualidad es de categoría 4 estrellas y cuenta con la Q de calidad turística.
Con amplia experiencia en el mundo de la hostelería, asumió el reto de poner en marcha este camping de propiedad municipal. “Las piscinas ya estaban y a cuenta de la ruta de los dólmenes, había una subvención del Gobierno de Navarra para hacer los servicios de un camping”, recuerda Floren Vicente. El proyecto salió adelante y abrió sus puertas el 1 de junio de 1996 con 30 parcelas. Un año después se incorporó su pareja, Montse González.
“Al principio fue muy lento porque la demanda era corta. Se fue generando según iba creciendo. Ahora tenemos 140 parcelas y ocho bungalows”, apunta. Y es que los inicios no fueron fáciles. “En vacaciones nos íbamos a ferias, a ver cosas y a buscar clientes. Hemos metido todas las horas del mundo”, recuerda Floren Vicente. Poco a poco se vieron los resultados y fue cogiendo fama, con buenas críticas entre los usuarios y en internet, que entonces estaba despegando. Lo cierto es que cuenta con clientes que llevan más de 20 años y 85 son fijos. El perfil de su clientela son familias con hijos pequeños, procedente sobre todo de Navarra y Comunidad Autónoma Vasca. “Somos competitivos cuando damos servicios. Ofrecemos animación, zonas deportivas, piscinas? y sobre todo seguridad”, observa. “Hay una frontera, los 15-16 años, cuando los hijos ya no quieren venir, y los padres lo dejan”.
Desde abril hasta octubre el camping abre todos los días y el resto los fines de semana y puentes. Cierran en enero y febrero.
CAMBIOS En estas dos décadas largas también ha sido testigo de muchos cambios en el sector. “Cuando abrimos éramos ocho campings en Navarra y ahora somos 22”, apunta. “El turismo familiar accesible a todo el mundo siempre va a ser rentable siempre y cuando el empresario tenga sentido de común”. Al respecto, señala que los hábitos han cambiado y que los mayores enemigos de los campings son ahora las autocaravanas y los pronósticos metereológicos, que se traducen en anulaciones de reservas y menos turistas.
A la hora de realizar consejos a la nueva persona o empresa adjudicataria, señala la importancia de realizar inversiones, con una media de 30.000-40.000 euros al año. “Es un negocio que tiene margen pero hay que invertir. Si te quedas obsoleto dejas de ser competitivo”, asegura. “Hay que tener conciencia de que es un trabajo esclavo. Si tienes mucha gente trabajando te comes los beneficios. Creo que para que se funcione bien son necesarios unos 100 sueldos al año, con un promedio de ocho trabajadores al mes, desde dos en temporada baja a 18 en verano”.
Ahora, a punto de cerrar una etapa y cuando pone la mirada en el pasado, señala que “el balance es positivo, aunque casi no hemos tenido vida privada. Es un mundo que te tiene que gustar”, apunta. “Conoces muchas gente y haces amistades”. La despedida fue a lo grande, con Puro Relajo a finales de septiembre, una fiesta a la que se unieron clientes y amigos. “Ahora toca tener una vida normal, con tiempo para mí. Ya veremos”, apunta.
INSTALACIONES Enclavado en un robledal centenario con una de las mejores perspectivas del monte Beriain, el camping de Etxarri cuenta con una superficie total cercada de 37.830 metros cuadrados con zonas parceladas de acampada para tiendas de campaña, caravanas, mobil-homes y bungalows. También dispone de un edificio principal, edificio de habitaciones múltiples y edificios de servicios, además de aparcamiento, parque infantil, zona de barbacoa y zona deportiva. Cuenta con una capacidad de 627 plazas.
Dado que se considera que la prestación del servicio genera beneficios, en el pliego de condiciones se establece que el primer y segundo año el adjudicatario deberá abonar al Ayuntamiento 40.000 euros; el tercero, cuarto y quinto año será 45.000 euros y los siguientes 50.000 euros más IVA, cantidad que se irá actualizando con el IPC. Parte del precio de la adjudicación podrá utilizarse para realizar inversiones y mejoras en las instalaciones tras acuerdo de las dos partes. El contrato es de 15 años. A la hora de valorar las proposiciones, se tendrá en cuenta la solvencia económica y financiera del licitante así como su solvencia técnica o profesional.