Una mirada adolescente al pueblo de Barañáin
El alumnado del instituto Alaitz ha elaborado un libro en el que reflexiona sobre la situación de su pueblo, sus lugares preferidos y sus carencias
barañáin - Una reflexión profunda sobre su entorno y su pueblo es el objetivo que ha perseguido el libro realizado y editado por el alumnado y profesorado del instituto Alaitz de Barañáin. La obra, presentada ayer en la Biblioteca Municipal, es el resultado del trabajo sostenido durante dos años y en el que han tomado parte 50 alumnos y alumnas, entre 13 y 16 años, en cuatro asignaturas diferentes. Al frente de ellas han estado las profesoras Gemma Etxebeste (Ciencias Sociales), Edurne Pérez (Euskera), Asun Moral (Castellano) y Koro Luzarreta (Plástica) y que ha sido la coordinadora del proyecto.
El libro, escrito en euskera y castellano, forma un recorrido por todos aquellos lugares que sus autores, los y las alumnas, han considerado relevantes para el pueblo o para ellas mismas. El Lago, el Cubo o el viejo árbol que fue retirado frente al Ayuntamiento son algunos sobre los que han puesto su foco.
La idea nació del departamento de Ciencias Sociales del centro a modo de trabajo de clase en 2º de la ESO coincidiendo con que trataban la estructura y organización de las ciudades. “La idea nació de la profesora Uxue Arbe, que antes impartía la asignatura pero ha seguido colaborando con el proyecto”, contó Gemma Etxebeste. “Con ella los alumnos trataron la ciudad y los movimientos migratorios y fue el punto de partida de este libro”, añadió.
De allí la idea viajó hasta los departamentos de Euskera y Castellano, en los grupos de 3º de la ESO, donde se trabajaron los textos que hoy nutren las páginas. “Intentamos que los alumnos dieran un toque más literario a sus textos, tanto en euskera como en castellano”, explicó Edurne Pérez.
La última parada antes de ver la luz fue la clase de Plástica. Allí, Koro Luzarreta elaboró, con el alumnado de 4º de la ESO, el diseño de la obra. “Trabajamos para dar una unidad a toda la maquetación”, explicó la profesora. En el aula de Luzarreta se hicieron también las imágenes que decoran el libro. “Cada alumno ha realizado las fotos con sus propios medios, como un móvil o una cámara de fotos”, afirmó.
un diagnóstico El resultado más inmediato de este trabajo colectivo es la toma de conciencia de los jóvenes sobre su entorno. “Han percibido que viven en un pueblo mayoritariamente residencial”, explicó Luzarreta. Pero no se han quedado allí. El alumnado de Alaitz se ha preguntado cosas como “por qué sigue cerrado el Cubo en el Lago”. Sobre uno de los principales puntos de encuentro de Barañáin ha escrito Martín Azkarate Muez, alumno de segundo de Bachiller en Alaitz. Su aportación al libro ha sido un texto Lakua, dedicado al Lago. “Ha sido una experiencia bonita para reflexionar sobre nuestro entorno”, comentó, “es muy enriquecedor y para mí lo más importante”. Martín recogió la propuesta que le lanzó su profesora de euskera para escribir un texto sobre su pueblo y decidió contar una tarde calurosa en uno de los lugares más famosos de Barañáin. Ayer tuvo la oportunidad de dar a conocer su texto a la decena de asistentes, de los que recibió una sonora felicitación con un gran aplauso.
obra que perdurará El libro Barañáin no caerá en el olvido ni se perderá en ningún cajón pues próximamente tendrá su espacio en la Biblioteca Municipal, junto a los otros tres libros que el Instituto Alaitz tiene publicados a día de hoy. Koro Luzarreta lamentó que no hubieran podido acudir más alumnos a la presentación, pero reconoció la dificultad “por ser época de exámenes”.
El jefe de Estudios, Ismael Yagüe, lo definió como “el fruto de la pasión de las docentes y el esfuerzo del alumnado”. Yagüe puso además en valor la obra por ser un trabajo que “no se mide en informes como Pisa pero que puede ser una inspiración para incitativas de este estilo”. En su defensa fue también Ainhoa Oyaga, concejal de Educación y Euskera de Barañáin que la calificó como “un regalo para el pueblo”. La obra Barañain ha sido editada gracias a las aportaciones de la Concejalía de Euskera del Ayuntamiento y la Asociación de Padres y Madres del Instituto.