Automóvil en la Plaza del Castillo, hacia 1920
En 1920 ver un automóvil en la Plaza del Castillo no era algo raro, de hecho circulaban vehículos por Iruñea desde principios de siglo, pero ello no quiere decir que disfrutar de uno de ellos fuera lo más habitual. De ahí, seguramente, el interés del fotógrafo por la instantánea que hoy reproducimos.
La imagen, obtenida en un día soleado, muestra un vehículo aparcado en el costado sur de la plaza, probablemente ante el antiguo teatro Gayarre que, como bien saben nuestros lectores, en su momento se levantó en este punto. Una señora encopetada, sin duda perteneciente a la élite económica local, sube al coche asistida por un hombre de uniforme, probablemente el propio conductor. La fotografía tiene un toque de espontánea fugacidad, incrementada por los personajes que invaden el plano, especialmente una señora con paraguas (o sombrilla) cuya silueta vemos a la izquierda, y un joven tocado con gorra que entra desde la derecha.
Hoy en día tan solo una observación minuciosa permite identificar la zona fotografiada en 1920. La imagen antigua no mostraba muchos detalles apreciables, y además algunas casas han experimentado transformaciones profundas en el siglo transcurrido.
En otro orden de cosas diremos que, salvo los de carga y descarga o los de limpieza, no es frecuente ver vehículos en la plaza, aunque ello no suponga una satisfacción completa. Y es que hace ya casi dos décadas el gobierno municipal de UPN ordenó destripar el subsuelo de la plaza, expoliando y arrasando totalmente su patrimonio arqueológico, para inyectarle luego un relleno de hormigón. El objetivo no era otro que construir un aparcamiento en el corazón mismo de la ciudad, algo que chocaba frontalmente con lo que se estaba llevando a cabo en toda Europa, y que comprometería la peatonalización del centro durante generaciones. Un desastre que nunca podremos olvidar.