altsasu - Después de un largo viaje, los Reyes Magos llegaron a Altsasu a lo grande, con un gran séquito y siete carrozas llenas de regalos, luces y colores que brillaban en esta noche mágica entre una lluvia de caramelos. En total fueron 180 kilogramos. De que hubiera para todos se encargaron los zurroneros. El recibimiento estuvo a la altura, con cientos de personas de todas las edades en el recorrido.

Así, entre la algarabía de los pequeños y los no tantos, Melchor, Gaspar y Baltasar recorrieron las calles de la villa, tomando buena cuenta de las casas de los niños y niñas para volver por la noche. La comitiva realizó tres paradas. La primera fue en el castillo de Herodes, en la plaza Zumalakarregi. El malvado rey judío quiso engañar a los reyes, a quienes les dijo que a su vuelta le dieran aviso de dónde estaba porque él también quería adorarle. La siguiente fue en el portal de Belén, en la plaza. Allí adoraron al Niño y le entregaron como ofrenda oro, incienso y mirra. De regreso, pararon en Zubeztia, dónde el Ángel anunciador reveló a Sus Majestades de Oriente las verdaderas intenciones de Herodes, matar al niño Jesús. Sabedores de la trampa, fueron por otras calles, para finalizar en los Capuchinos, donde reyes y sirvientes tomaron un refrigerio con el fin de coger fuerzas para una larga noche.

Los Magos de Oriente tampoco se olvidaron de los mayores, con visitas a la residencia Aita Barandiaran y Clínica Josefina Arregui. - N.M.Z.