pamplona - Ir a un bar, pedir un vino y un refresco, y que el camarero o camarera -sin preguntar- asigne el vino al hombre y el refresco a la mujer. Cambiadores de bebés en baños de mujeres; que un padre vaya con su hijo al parque y se le atribuya un reconocimiento... “Cuando un hombre hace un rol que se supone que es de mujer, se le sobrevalora, y al contrario se considera lo normal”. Es el doble rasero de una realidad cotidiana, y es que los micromachismos -“micro no porque tengan poca importancia, sino porque son actitudes casi imperceptibles para las mujeres que las sufrimos y para la sociedad en general”- están naturalizados, asumen Araceli Elcano y Miren Oderiz, formadoras en Autodefensa Feminista.

Ambas conforman Endara, una cooperativa de iniciativa social que surgió cuando finalizaron el curso de Formadoras en Autodefensa Feminista, pionero en el Estado, coordinado por la experta en Autodefensa Feminista Maitena Monroy e impulsado por el Instituto Navarro para la Igualdad (INAI), el Servicio Navarro de Empleo y la Asociación Andrea. Aglutinó 240 horas de formación que supusieron, revelan, “un cambio en nuestra forma de ser, de sentir y de ver la realidad que nos rodea, desigual y machista”.

Ambas atesoraban ya cierta formación previa en el ámbito de igualdad y género y el conocimiento de la Autodefensa Feminista les hizo darse cuenta de que es una herramienta “imprescindible” para todas las mujeres y niñas, “y de que todas deberíamos conocer y tener acceso a este recurso”. Ahora imparten talleres que ayudan a identificar las desigualdades y las violencias que, en sus diferentes intensidades, sufren las mujeres por el solo hecho de serlo. Consiguen también que las asistentes se sientan capaces de hacer frente a la violencia sexista “reconociendo nuestro derecho fundamental a la legítima defensa, porque vivir una vida libre de violencia es una cuestión de Derechos Humanos”. Trabajan el empoderamiento, la igualdad de oportunidades, de trato y de condiciones para mujeres y hombres, y ofrecen servicios para asociaciones e instituciones públicas y privadas.

Empoderamiento Ayer impartieron uno de sus talleres en civivox Ensanche, que culmina hoy tras 8 horas de formación en las que una veintena de mujeres aprenden técnicas físicas, cognitivas y emocionales de autodefensa. “La unión de todas ellas permite empoderarnos de manera individual y colectiva y sentirnos capaces de enfrentarnos tanto a las violencias de mayor intensidad como a las cotidianas”. Son dinámicas individuales y grupales que permiten analizar la estructura que sustenta la violencia sexista y cómo se perpetúa.

“Explicamos cómo se generan los estereotipos y roles de género y cómo condicionan, junto al amor romántico en el que somos educadas las mujeres, las relaciones que tendremos en el futuro. Compartimos estrategias que nos permiten defendernos ante las agresiones con herramientas que permiten resolver situaciones antes de llegar a tener que defenderse físicamente”.

Recuerdan que en los casos de agresión sexual, las estadísticas revelan que en el Estado se denuncia una violación cada cinco horas. “Nunca sabemos cómo vamos a reaccionar ante una agresión ni cómo va a ser el escenario en el que puede ocurrir, pero no es lo mismo tener herramientas para defendernos que no tenerlas. Las mujeres hemos crecido en el terror sexual, nos han enseñado que nuestra seguridad se basa en dejar de hacer cosas: viajar solas (sin hombres) o no ir por lugares poco transitados, no salir de noche o de fiesta. Además hemos sido educadas en la indefensión, por lo que nunca nos han dado las herramientas necesarias ni las hemos buscado, creyendo que nada de lo que pudiéramos hacer cambiaría las cosas. Sin embargo, cuantas más herramientas aprendamos y más las interioricemos, más posibilidades tendremos de reaccionar y enfrentarnos a una situación de violencia”.

Las técnicas que ellas enseñan están pensadas para que cualquier mujer pueda utilizarlas, independientemente de su condición física o edad, y es que existen también recursos propios y sencillos para defenderse como la mirada, la forma de hablar o de caminar. En definitiva, el control del propio cuerpo y la autoconfianza, recursos que proporcionan y transmiten seguridad. Impartirán cursos los días 15 y 16 de marzo en el civivox de San Jorge para mujeres adultas, y los días 23, 24 y 25 de abril en civivox Jus La Rotxa para chicas de 14 a 18 años.

Lo primero que hay que fortalecer, señalan, es la autoestima y la idea de que las mujeres “tenemos derechos y debemos defenderlos”. Aprender a identificar las diferentes violencias y las desigualdades para poder prevenirlas o enfrentarlas. “Se trata de invertir el papel de víctimas pasivas para convertirnos en agentes de nuestra propia vida y de nuestro propio cambio, y esto siempre es más fácil si lo hacemos juntas, de forma colectiva”.