Burlada - La diversidad enriquece. Que se lo pregunten a Rosa de Bulgaria y Axular Elkartea, dos asociaciones unidas a través de la dantza en la Casa de Cultura de Burlada. Un punto de encuentro en el que, en las tardes de tres miércoles, se han hermanado con bailes de uno y otro lugar dentro del proyecto municipal Kulturakide, “en el cual compartiendo rasgos culturales propios de los diferentes orígenes presentes en Burlada, las personas participantes desarrollan una convivencia efectiva con vecinos y vecinas de diferente procedencia”, explica el técnico Santi Gil-Ibarrola. En este caso, el vínculo no ha concluido porque Rosa de Bulgaria y Axular prometen una actuación conjunta en junio. Tienen la plaza, la fecha y la hora fijadas, pero no quieren adelantar nada más para sorprender al personal.

“Surgió la idea de buscar un grupo de baile de gente autóctona para aprender algo nuevo. Porque hemos asistido a muchos eventos culturales y hemos visto muchas cosas en común, tanto de tradiciones como de bailes. Entonces nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento de Burlada y nos ofreció esta gran expreriencia que nos ayuda mucho a integrarnos, a conocer otra cultura, a hacer amigos... Y hemos encontrado unas personas muy alegres y cercanas”, cuenta la presidenta de Rosa de Bulgaria, Tanya Naydenova. Su asociación, integrada por 65 mujeres de Bulgaria (en Navarra se cuentan en torno a 7.500 personas del país), nació hace cuatro años, y su grupo de danza hace dos. Básicamente, porque “nos gusta bailar, lo llevamos en la sangre, y hemos visto esta pasión por el baile en el otro grupo. El baile une a las dos culturas, algo muy positivo para todos”.

Axular Elkartea es el segundo elemento de este hermanamiento. En su caso, la escuela nació en Burlada hace 10 años con la intención de “juntar a la gente para que aprendiera dantzas. Queríamos que la dantza saliera a las calles y a las plazas, porque se estaba perdiendo. Somos cuatro pelados que sabemos un poquico, pero ese poquico lo vamos enseñando. Y hoy ha llegado el día en el que estamos 174 alumnos”, cuenta su presidenta, Maite Fandós. “Nos pareció un proyecto muy bonito, y nos hemos encontrado con gente encantadora”, explica por su parte la profesora de Axular Cristina Satrústegui. “Les hemos enseñado el zazpi jauzi, una esku danza y el zortziko, y ellas algunas danzas de allí que son en círculo, muy sociales y bonitas. Y levantan mucho el ánimo”.

Las mujeres de Rosa de Bulgaria han enseñado “una dantza muy popular que todas las personas saben bailar y se llama pravo horó (baile recto), otra de la zona sur que se llama Shirto y una tercera del norte de Bulgaria que se baila en nochevieja, el dunavsko horó (el baile del Danuvio). Y hemos visto que han cogido los pasos muy rápido. Para nosotras ha sido un poco más difícil. Teníamos que practicar en casa. Pero muy a gusto. Y vamos a presumir de que sabemos bailes de aquí”, dice Tanya. Su compañera y secretaria de la asociación, Kalina Sotirova, agradece a las gentes de Axular “por lo amables que sois. Hacéis que nos sintamos como en casa... Es que yo estoy en mi casa”, reconoce una Sotirova que “no cambio Navarra por nada”.