pamplona - Artistas en ciernes, creadores noveles que sueñan con interpretar el espacio y dar forma a la materia. Las aulas de las escuelas de arte están llenas de ellas y ellos, pero los alumnos de la Escuela de Arte de Pamplona, además, consiguen que sus obras acaben formando parte de la calle, de la ciudad. Porque a finales de este mes, coincidiendo con el Día Internacional de la Seguridad y Salud Laboral, Iruña contará con una escultura en el espacio público, un monolito conmemorativo a las personas fallecidas en accidentes laborales y a sus familias. El lugar elegido, en un barrio obrero y con una importante historia detrás como la Rochapea. Allí nacieron fábricas como Matesa, Ingranasa, Casa Sancena o Industrias del Caucho. Se trata de la avenida Marcelo Celayeta, en su intersección con Cruz de Barkazio.

La escultura se conjugará con una intervención artística en su entorno, un proyecto en el espacio urbano bajo el título Gora! El concepto, el diseño y la ejecución son participativos, ya que la intervención se encuadra en la colaboración entre el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra. De hecho, el proyecto, encargado por el Ayuntamiento, está siendo ejecutado por alumnado del ciclo de Grado Superior de Técnicas Escultóricas de la Escuela de Arte de Pamplona/Iruñeko Arte Eskola, bajo la coordinación de Iñaki Otsoa Etxeberria, responsable del módulo Proyectos Escultóricos, y Zuriñe Urbeltz Yaben, responsable del módulo Taller de Metal.

El centro de toda la intervención es una escultura realizada en acero de 4,14 metros de altura que ya se instaló hace unos días en un espacio ajardinado. La inauguración se prevé el día 26, ya que el 28 de abril se celebra el Día Internacional de la Seguridad y Salud Laboral.

Los pájaros, en equilibrio La pieza escultórica está conformada por una fusión de vigas en aparente equilibrio (acero HEB soldado) sobre la que se disponen ocho aves urbanas con presencia en Pamplona, desde gorriones, palomas y golondrinas hasta un halcón peregrino, y cada una de ellas están siendo creadas a mano por el alumnado (cinco chicas y tres chicos) en chapa de acero inoxidable en la forja de la escuela. Según explican en su proyecto, “el simbolismo de la estructura metálica es precisamente el precario equilibrio de la situación previa al accidente” y se realiza en acero por ser un material de trabajo industrial. Por su parte, los pájaros ponen el contrapunto poético de forma polisémica: representan la esperanza y simbolizan el espíritu de quienes fallecieron. El más grande, el halcón, tiene un metro de envergadura.

El trabajo sobre las vigas de acero, por motivos de volumen de trabajo, se ha realizado fuera de la escuela, y también se han fabricado en otro taller las vallas que separan el espacio peatonal sobre el que se alza la estructura. En una de las vallas se colocará un soporte con la leyenda Lan istripu biktimen omenez/ por la dignidad de la clase trabajadora/ langileria aurrera. Según explica el profesor Iñaki Otsoa, la escultura Gora! es una oportunidad única para los alumnos de segundo curso de Técnicas Escultóricas (chavales de entre 19 y 28 años) para “dejar su obra en la vía pública”. Y así viene ocurriendo año a año. Han colaborado con, entre otros, el Ayuntamiento de Zizur, el de Burlada, en Gabarderal se colocó la obra Arima, y el año pasado en Bertiz se dio una nueva vida al cedro de Líbano.

LA PETICIÓN VECINAL Este trabajo surge a raíz de una declaración institucional aprobada en 2017, instada en aquel momento por 1.600 ciudadanos pamploneses a través de la Asociación Langile Oroitarria y apoyada por representantes de sindicatos. El Consistorio recogió formalmente la iniciativa para ofrecer un homenaje público a las personas fallecidas a causa de enfermedades o accidentes laborales erigiendo un monolito de reconocimiento y dignificación que, además, trata de mitigar el dolor de las familias y permite crear un lugar para la memoria. Así, esta intervención busca tanto la sensibilización, como que el espacio pueda ser referente para actos y conmemoraciones.

Tras quedar desierto el concurso de ideas la pasada primavera, Ayuntamiento y Gobierno decidieron colaborar para hacer posible la petición. El alumnado de la Escuela de Arte obtiene en este proceso una experiencia formativa enriquecedora, a la vez que “garantiza un proyecto de calidad artística y técnica para el espacio público de Pamplona”. Los alumnos participantes en este proyecto son Gracia Arruiz Sanz, Ibai Leránoz Buzunáriz, Mattin Macías Martínez de Lizarrondo, Itxaso Cabodevilla Molina, Julen Burguete Lacabe, Nerea Díaz Pozas, Beatriz Pérez Lirio, Elisa Ruiz Miranda.