Uitzi inauguró este fin de semana el tiempo de carnavales en Navarra, el pistoletazo de salida de esta fiesta irreverente que se sucederá las próximas semanas por toda la Comunidad Foral. Así, variopintos personajes aportaron color en una fría pero luminosa jornada que permitió disfrutar de este día de encuentros. Y es que es un día en que se abren las puertas de la casas para la puskabiltza, una ronda con 15 paradas que comienza en Goinenetxea y finaliza en Martinenea, de arriba abajo por este concejo de Larraun.

Al frente del grupo iban los hermanos Xabier y Guratz Azpiroz, los mayordomos elegidos al azar el pasado año. Con una cesta llena de caramelos y botella de Martini en mano, invitaban a los vecinos a sumarse a la fiesta. "Nos debemos encargar de organizar la cena, la música y de recoger los donativos de los vecinos para la fiesta", explicó Xabier Azpiroz, ganador del Campeonato de Parejas de Remonte el pasado año junto con Uterga. Y es que en ese pequeño pueblo de apenas 120 vecinos presumen de grandes deportistas. "Aquí tenemos el próximo Ernesto Valverde, Joseba Igartua", aseguraban algunos.

Ayer no se quiso perder esta fiesta Cristina Pedroche, algo entrada en carnes. Lo cierto es que dio la campanada, sobre todo porque llevaba unos de los trajes que lució en las uvas de Nochevieja y por los kilos que ha ganado, algo muy comentado ayer en el pueblo. Tampoco era de extrañar, acompañada como iba de su marido, el cocinero Daviz Muñoz, algo desmejorado por cierto, y Karlos Arguiñano, que ponía la salsa y el perejil allí por dónde iba.

Y es que fue un día de meterse en la piel de diferentes personajes, de cambiar de un día de sexo o condición, de transformarse en animal o señor medieval, princesa, tirolés, mosquetero o cerveza, incluso los perros, a lo que contribuyó la meteorología. Después de una gran helada, y a medida que subía la temperatura también iban a más los ánimos de los puskabiltzailes entre parada y parada en las casas, donde eran agasajados con variados alimentos para picar y también para beber. En Aizarrenea les recibieron Jesús Igartua y Blanca Iriarte, que aseguraban que no debe perderse esta fiesta.

Las celebraciones comenzaron el sábado con una cena y continuaron ayer, sin tregua desde las once hasta pasadas las seis, cuando se reunieron en la sociedad Merkualde para merendar y elegir a los nuevos mayordomos, a través del reparto de una baraja. Así, al azar, Joseba Igartua y Oier Ijurko fueron elegidos los mayordomos del próximo año. Mientras que en otros lugares faltan unas semanas para la celebración del carnaval, en Uitzi ya piensan en los del próximo año. La próxima cita con Don Carnal será dentro de dos semanas en Leitza, otro carnaval tempranero y que tiene fecha fija, el último domingo de enero. Después llegarán a Ituren y Zubieta, cuando los cencerros volverán a sonar a orillas del río Ezkurra. Entrado febrero, y sobre todo en torno al día 25, víspera del miércoles de ceniza, el homenaje a Don Carnal se extenderá por toda Navarra.

COSTUMBRE El origen de estas celebraciones se remonta a mediados del pasado siglo, cuando muchos jóvenes salían del pueblo para trabajar en la madera, sobre todo en los Alpes franceses y suizos. Volvían por Navidad y alargaban la fiesta todo lo que podían con la compañía de una acordeón. "Un señor mayor me ha contado que había un cura al que no le gustaba tanta juerga y les seguía con el bastón. Para escaparse se metían en las casas y así comenzó la costumbre de darles algo para comer y beber", apuntó este remontista, ganador del Campeonato de Parejas de Remonte el pasado año junto con Uterga. Y es que en ese pequeño pueblo de apenas 120 vecinos presumen de grandes deportistas. "Aquí tenemos el próximo Ernesto Valverde, Ezkurdia", aseguraban algunos. En pleno franquismo, los carnavales estaban prohibidos. Por ello, cuando se recuperó esta fiesta pensaron en mantener la fecha, trasladándola al domingo siguiente, sin apenas tregua de las celebraciones de Navidad.