mendigorría - “Quiero mantener vivo el colegio de mi pueblo”, protesta Marian Fernández, una de las madres afectadas y que tendrá que elegir entre “educar a mis hijos en el pueblo o hacerlo en euskera”. Si finalmente Educación no habilita el modelo D en Mendigorría, Francisco Yoldi y Marian Fernández se verán obligados a matricular a Ohian, su segundo hijo, en el centro de Mendigorría, renunciando a la enseñanza bilingüe. “Nuestra hija mayor viene al colegio del pueblo y para nosotros es incompatible poder llevar a los dos niños a dos centros diferentes”, explica Marian, al tiempo que detalla que el horario escolar en Gares es partido, mientras que en Mendigorría es continuo, “haciendo imposible compaginar ambos ritmos”.

Cuando en 2015 tuvieron que matricular a su hija mayor, Francisco y Marian también lucharon por una línea en euskera que no salió adelante al faltar un alumno para llegar al ratio exigido.

“No es normal que se pongan ciertos ratios en las escuelas rurales, donde la natalidad va variando según las quintas y donde, además, se suelen juntar clases de diferentes edades”, concreta Marian. “Queremos que se abra la nueva línea lingüística aquí porque consideramos que toda riqueza cultural es poca y ser bilingüe les abrirá muchas puertas y, además, hay demanda suficiente”, concreta.