- En la interminable sucesión de acontecimientos trascendentes que se han producido en los últimos 10 días, han florecido ejemplos de solidaridad vecinal de diferente naturaleza, demostrando la capacidad de las pequeñas comunidades para protegerse en épocas de dificultad. Algunas iniciativas vecinales que espontáneamente han surgido con este fin sin duda engrandecen los valores de la vida comunitaria y pasado un tiempo, con cierta perspectiva, pueden dar respuestas a algunos retos que las sociedades modernas parecen no encontrar la solución, como por ejemplo la soledad de las personas mayores.

Una de estas propuestas solidarias se puso en marcha en Barañáin el mismo día que el presidente Pedro Sánchez anunció el confinamiento domiciliario de la población, cuando un grupo de vecinos comenzó a tejer una red vecinal para disponer de voluntarios ante lo que estaba por venir, que entonces eran 15 días y ahora hay otros 15 encima. En las primeras 24 horas ya contaban con 70 personas y en estos por momentos han sobrepasado el centenar de voluntarios. Previamente, cada uno de los inscritos tuvo que rellenar un formulario con preguntas diversas (disponibilidad o lugar de residencia) para que los promotores de la idea pudieran organizar las atenciones al vecindario, según explicó ayer Pablo Idoate. “Siguen llegando correos de gente ofreciéndose. Tenemos perfiles de diversos ámbitos: sanidad, psicología, educación, trabajo social. La respuesta ha sido impresionante, desde vecinos de 18 años a 65. Dice mucho de Barañáin como pueblo, que cuenta con un tejido social que siempre ha tendido a organizarse para mejorar la vida del vecindario. Ese es el germen de esta iniciativa”.

Durante estos días han realizado varias intervenciones, desde pequeños recados como ir a la farmacia a por medicinas o a hacer la compra a una persona ciega que vive sola, hasta apoyo psicológico a personas mayores preocupadas por la situación que se está viviendo. “Les llamamos por teléfono y charlamos un rato. Vivimos en un pueblo con más de 4.000 personas mayores que deben estar en sus casas ante este estado de alarma. No deberían tener que salir bajo ningún concepto. Es la única forma de protegerlos y para el contagio de la población. El espíritu de esta idea es acercar a las personas más vulnerables que necesitan ayuda con aquellas que pueden dársela. Somos un puente entre vecinos”.

Para evitar riesgos, los voluntarios cuentan dentro del grupo con personal sanitario que está al día de todos los protocolos a seguir. “Intentamos evitar al máximo los desplazamientos. Tenemos a todos los voluntarios organizados por zonas para intentar maximizar la proximidad entre voluntarios y personas atendidas. De igual forma nos preocupamos de que el voluntario no sea una persona de riesgo (por edad o por estar trabajando fuera) ni conviva con personas de riesgo. Cualquier gestión se realiza con las máximas garantías de higiene y seguridad”, comentó Idoate.

Los voluntarios también colaboran con la Plataforma Social de Barañáin en el banco de alimentos Saskia, sustituyendo a los jubilados que hasta ahora se encargaban de la preparación de los lotes de comida para las familias más vulnerables de la localidad y que ahora no pueden acudir siguiendo las instrucciones de la alerta sanitaria. Además, están fomentando iniciativas de ámbito festivo y cultural de la mano de la Bertso Eskola de Barañáin, que se ha ofrecido a hacer un bertso personalizado a quien lo pida, o del cocinero Jon Couso, que va a colgar en redes sociales recetas de cocina sabrosas y sencillas para afrontar el confinamiento con buen sabor. Idoate recordó que el Gobierno de Navarra les ha incluido en su página web de voluntariado y que se ponen a disposición de los servicios sociales del Ayuntamiento por si hiciera falta. Para los interesados en colaborar se puede contactar en el número 644 659 113 o enviando un correo a barazain2020@gmail.com.

“La respuesta ha sido impresionante, desde vecinos de 18 años a 65 años”

Voluntario