- El trabajo asistencial de Cruz Roja Burlada corre a cargo de otra voluntaria, Isabel Huarte, de 51 años, que además de las tareas con las tarjetas comedor, se encarga del servicio de atención a personas o familias en situación de vulnerabilidad, que en estos momentos precisan de un seguimiento prioritario. "Estamos a tope de trabajo. En coordinación con los servicios sociales atendiendo a las personas mayores que viven solas, llamándoles a ver si necesitan algo o simplemente para hablar un rato, porque después de tanto tiempo comienzan a salir las emociones. Estamos detectando cada vez mayores necesidades en los sectores más vulnerables".

En el centro de contactos se ha gestionado la tramitación de las tarjetas comedor y de otras tarjetas facilitadas por Eroski para familias sin recursos, además de atender las llamadas de los ciudadanos requiriendo información o atención directa. Presencialmente, la base ubicada en la calle Concejo de Olaz permanece abierta desde las 8 de la mañana hasta bien entrada la tarde, con una media de 6 voluntarios por turno y las dos ambulancias disponibles con sus respectivos equipos.

"En la primera fase de la crisis nos dedicamos a informar de las recomendaciones del confinamiento, sobre todo a las personas mayores, y de analizar las necesidades que se podían presentar. Ahora hacemos el seguimiento diario, especialmente a quienes no pueden salir de casa, de las familias en situación de extrema vulnerabilidad de Burlada y Villava y menores sin recursos. Les llamamos una vez por semana para ver cómo están", comentó.

Otro voluntario de la asamblea de Burkada, Carlos Asensio, se encarga de actualizar las redes y de ofrecer información y material didáctico diverso para las familias para hacer más llevadero la fase de confinamiento.