inco de julio. Doce del mediodía. La estación de autobuses de Pamplona está vacía a 24 horas del chupinazo. En un año normal, las dársenas tendrían que estar repletas de autobuses de los que no paran de bajar miles y miles de visitantes que vienen a nuestra ciudad a disfrutar de las universales fiestas de San Fermín. Desgraciadamente, 2020 no es un año normal, es un año de pandemia y la covid-19 ha obligado a suspender los Sanfermines. Como consecuencia, a un día del inicio de las no fiestas, fueron muy pocos los que vinieron y los que lo hicieron no tenían en su mente la palabra San Fermín. Su estancia en Pamplona se debe a que están haciendo el Camino del Santiago o porque quieren visitar la ciudad. Es más, por ahora, ante las posibles aglomeraciones, que esperemos no se den en el día de hoy, son más los pamploneses y pamplonesas que deciden abandonar la ciudad por unos días que los turistas que llegan a ella.

Antonio Ruiz Mendoza es auxiliar de limpieza en la estación de autobuses y para él estos días suelen ser de mucho trasiego. Comenta que el mayor número de gente "suele llegar el día 6 por la mañana". Este día 6, sin embargo, "no esperamos aglomeraciones. La gente se quedará en casa". Espera muy poca afluencia de viajeros, aunque cree, y le preocupa bastante, que "vendrán chavales de los pueblos a hacer botellón". Debido a la suspensión, "vamos a trabajar normal" y no van a tener "un horario especial".

Alfredo Pérez, vigilante de seguridad de la estación, también va a trabajar con normalidad. "Normalmente se haría un refuerzo: tres turnos a doble servicio", explica. Este año están en servicio ordinario: dos turnos y un vigilante por turno, en vez de dos. No cree que haga falta un refuerzo para el día de hoy: "Hemos hablado con gerencia y piensan que no va a suceder nada extraordinario". Eso sí, matiza que "estamos a la expectativa de lo que pueda ocurrir". La suspensión de las fiestas, desde el punto de vista de seguridad, le viene a Alfredo "muy bien porque nos quitamos muchísima carga de trabajo. Cuanta menos gente, más tranquilidad". Aún así, reconoce que "da mucha pena encontrarse la ciudad tan parada". Por eso asegura que, aunque le supusiera más tarea, "me gustaría ver Pamplona con un poco más de ambiente".

Ana Jiménez, del servicio de atención al viajero, estaría resolviendo dudas sin parar: "Suele haber tantas preguntas, que en San Fermín ampliamos el horario y estamos abiertos de ocho de la mañana a ocho de la tarde", informa. Debido a la suspensión de las fiestas, seguirán con el horario de siempre: de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 h y de 15.00 a 19.00 h y sábados, domingos y festivos de 10.00 a 13.00 h y de 16.00 a 19.00 horas.

Donde mejor ven la ausencia de viajeros es en la taquilla de la compañía Alsa: "En comparación con otros años, el número de viajeros es mucho mejor. Solía haber mucho extranjero y hoy, lo que se dice extranjeros, muy muy poquitos", afirman en ventanilla. Debido a esa baja afluencia, solo hay una trabajadora en taquilla: "En estas fechas, estaríamos tres o cuatro compañeros con muchas personas a las que atender", señalan. Eso sí, avanzan que hoy contarán con un compañero más "por si acaso".

En la estación de Renfe la situación es similar. Jonathan París, que trabaja en la taquilla de la estación de tren, comenta que "está viniendo muy poca gente". Es más, asegura que, por ahora, es más la gente que se va de Pamplona que la que viene a visitar nuestra ciudad: "Los trenes que salen de Pamplona están casi todos llenos. Pero venir, vienen con la ocupación de un día normal, no de San Fermín", explica.

De momento, los pamplones se están decantando por la costa catalana: "El tren a Barcelona está siendo muy solicitado estos días", afirma Jonathan. Sin embargo, los trenes que proviene de la ciudad condal y de Madrid tienen baja demanda: "No vienen a tope como es propio en estas fechas. Qué va, de hecho, para hoy y mañana hay un montón de plazas libres".

La única duda que tiene Jonathan es si los trenes de los pueblos de hoy, día 6, vendrán llenos con compras de billetes que se cierren a última hora: No sé qué pasara con los trenes de los pueblos, igual hay mucha demanda a primera hora de la mañana", reflexiona.

Los taxistas de la estación son como un termómetro. Ellos siempre saben, con detalle, cuál es la situación: "No hay nada de nada. Miseria", aseguran. Tampoco les sorprende la escasa clientela de estos días: "Si no hay San Fermín, no va a venir nadie a Pamplona", reconocen. Esperan que en agosto aumente el turismo, pero, por ahora, lo vuelven a dejar claro: "No hay nada más que miseria".