La crisis sanitaria de la covid-19 ha provocado que las mascarillas sean un elemento imprescindible en el día a día. Sirven para minimizar el riesgo de contagio y, ahora que se acerca este extraño inicio del curso escolar y los equipos directivos no paran de confeccionar protocolos de seguridad, también puede que sirvan para organizar y separar a los alumnos en distintos grupos e incluso para identificarlos personalmente. Eso es lo que proponen Ricardo Laspidea y Laura Marco, dueños de Identificadores Artenea.

La idea comenzó a fraguarse cuando un miembro de la junta directiva del Instituto de Educación Secundaria Biurdana se puso en contacto con ellos. El centro, en pro de minimizar las posibilidades de contraer el coronavirus, había ideado un código de colores para dividir a los alumnos en distintos grupos que no se debían mezclar. El código no era viable si no había un elemento que pudiese llevar cada niño y que, además, facilitase el rápido reconocimiento visual. "Pensaron que nuestras pulseras de silicona de colores eran perfectas para identificar a los niños y niñas de cada grupo", cuenta Ricardo.

Les pareció "muy buena idea", pero Laura asegura que "una logística adecuada no es tan sencilla como parece porque los docentes no saben a priori el tamaño de pulsera que necesitará cada alumno y estas tienen que quedar más o menos bien en la muñeca". Además del tamaño, vieron otro problema: "¿Y cuando llegue el tiempo de los abrigos y las pulseras quizás no sea tan fácil verlas?", se preguntaron. Estas dificultades les obligaron a dar vueltas a la cabeza y al final se toparon con la solución que consideran definitiva: aprovechar una prenda que en estos tiempos de pandemia nos acompaña allá donde vamos, la mascarilla.

Identificadores Arteneaofrece mascarillas de colores. "Solo mirar a alguien y... ¡zas! Ya sabes a qué grupo pertenece", afirman. Sin embargo, vieron que la idea aún estaba "incompleta" porque en un instituto puede haber decenas de mascarillas de un mismo color y eso "puede ser un problema. Supongamos que los de 3º A llevan mascarilla de color rojo. Cuando se las quitan para hacer alguna actividad, como gimnasia, después en el vestuario, al ser todas rojas, los niños se pueden confundir y coger la mascarilla de otro compañero", explica Laura.

Por eso, diseñan mascarillas blancas personalizadas. Artenea serigrafía el nombre de cada alumno y el logotipo o el nombre del instituto. Las mascarillas son de poliéster, tienen gomas regulables y se pueden lavar 25 veces. No están a la venta en la web sino que quieren que se les contacte por teléfono o por correo electrónico porque "cada persona pide una identificación concreta", comentan. A pesar de que las serigrafían recientemente, el sábado lo dieron a conocer y reconocen que "varios institutos ya se han puesto en contacto".

la pulsera mágica

Artenea se fundó en 2013, "cuando tuvimos a nuestros dos hijos tan adorables, pero aún más revoltosos. Ahí supimos lo que era tener miedo", confiesan. Para esas fechas, "ya hacíamos cosas con corte y grabado láser porque venimos del mundo del arte y del diseño. Por eso, decidimos utilizar la máquina de grabado para hacer colgantes identificativos para niños", indican. Los colgantes llevan el nombre, apellido y el número de teléfono de los padres. De ahí pasaron a las pulseras de silicona serigrafiadas.

Ambos productos gustan a los más pequeños porque con ellos se sienten más seguros. "Lo llaman la pulsera o el colgante mágico", señalan. Los padres también lo ven de gran ayuda: "Amigos nuestros nos han dicho que alguna vez se habían despistado y que gracias a la pulsera o el colgante se habían puesto en contacto con ellos".