La ausencia de lluvias afecta seriamente a los pastos y a los montes en el Valle de Baztan, donde en julio se registró una pluviosidad de 20,1 litros y sólo de 13,3 litros en lo que va de agosto, a salvo del chaparrón de ayer, lo que empieza a suponer un problema para los ganaderos aunque no en el abastecimiento a la población. En efecto, los prados se están resecando, lo que dificulta el pastaje del ganado y los ganaderos temen verse obligados a utilizar la hierba que habían acumulado y reservado para el invierno.

Las lluvias han sido muy escasas en julio, un mes en el que se dieron 18 días sin precipitaciones y registros mínimos cuando ha llovido, ya que, de los 20,1 litros registrados en todo ese periodo, 17 litros se contabilizaron en un día, el 27 de julio. Bastante menos de los datos recogidos el año pasado, cuando en el mismo mes llovieron 87,8 litros y sólo en un día, el 8 de julio, se registraron 49,5 litros que son más del doble que en todo el mes de este año.

La opinión de tres mujeres ganaderas es coincidente. Para Eva Opoca, de la casa Dendaitea de Irurita, “se nota muchísimo la falta de lluvia, los campos están secos y no sale nada de hierba para el ganado, como siga así lo tenemos duro esta temporada”, y para María Teresa Adansa, también de Irurita, “el año, la primavera fue muy bien para el ganado, y en verano hasta ahora también; bueno hasta hace dos o tres semanas porque ahora hace mucha falta la lluvia, los prados se están poniendo amarillos por lo secos que están. La hierba el primer corte (en junio) fue muy bien pero el segundo (lo que decimos soro) mal, muy poco…”.

Por su parte, María Jesús Larretxea, de Etxexuria de Elizondo, una reconocida elaboradora de quesos con los que ha ganado varios premios, explica que “el primer corte de hierba, en junio se recogió muy bien y luego el soro salió bien hasta San Fermín. A partir de Sanfermines dejó de salir al no llover, se ha recogido menos y como siga así habrá que empezarles a dar la hierba que hemos recogido para el invierno”.

Y por ahora, la falta de lluvias también está resultando en agosto bastante más acusada que en 2019. Entonces, se midieron en todo el mes 68,1 litros con 25,9 litros el primer día de aquel mes y 13,6 litros el día 11 de agosto. Hasta ayer viernes se contabilizaban 13,3 litros y las previsiones meteorológicas no son muy optimistas, al menos hasta los últimos días del mes.

Además, la predicción está resultando cambiante en extremo, ya que por ejemplo para el fin de semana pasado y el inicio de la actual, sábado, domingo y lunes, se esperaban con antelación lluvias abundantes y tormentas y conforme pasaban los días esas previsiones se fueron diluyendo y se quedaron en 7,3 litros el sábado, 15 de agosto, con sólo siete días de mínimas lluvias todas inferiores a los 2 litros. Por otra parte, las elevadas temperaturas no ayudan, superiores a 30º los últimos doce días y con una máxima de 41º el día 7 de agosto.

Ganado y un río que desaparece

En el Valle de Baztan, históricamente ganadero, se contabilizan 9.036 cabezas de vacuno en 277 explotaciones, 34.195 de ovino en 301 rebaños y 3.221 de caballar, y de caprino se totalizan 470 cabezas. Una parte importante de ese ganado se alimenta en régimen extensivo pastando en praderas, que están amarilleando y secándose de forma preocupante.

La nota curiosa la aporta el río Ibur que atraviesa el pueblo de Irurita por el barrio de Apote que, verano tras verano, se repite cada año fiel a sí mismo. Al llegar el estío pierde caudal, “se seca” y “desaparece” a lo largo de más de un kilómetro aunque continúa por algún sifón subterráneo para volver a surgir más adelante. Un espectáculo tan natural como llamativo que vale la pena ver y apreciar.