egó el estirón muy rápido. En una década multiplicó su tamaño por cuatro, de 3.560 habitantes en 1960 hasta más de 13.000. Demasiados para denominarse concejo y vivir bajo la tutela del Valle de Egüés. Así que se emancipó. El 25 de septiembre de 1970, hace 50 años, Burlada se constituyó como municipio propio. Ahora es el 5º más poblado de Navarra, pero sus habitantes le siguen llamando pueblo. Destino de tránsitos migratorios, ni tiene fundamento ni se entiende sin esas gentes llegadas de otros lugares de la Comunidad foral y del Estado, durante el desarrollo industrial por su cercanía con la capital, y de otros países con los flujos migratorios internacionales del nuevo siglo.

burlada, el pueblo

"Antes todo esto era campo"

Tierra de garbanzos

Josetxo Ziganda tiene 73 años y hace suya la clásica frase del "antes todo esto era campo". Representa al 7% de vecinos que han nacido en la localidad. Hijo del alguacil -lo mismo repartía el correo que lanzaba el chupinazo o mediaba en la primera traída de aguas a la localidad, a pico y pala desde un manantial de Lanz- le sobran dedos en las manos para contar las casas del pueblo en su infancia. "La de las Aguas, de los Goñi, la de Iñigo, Lekunberri... y poco más. Eran los labradores". Dice que"aquí teníamos los mejores garbanzos del mundo, y con mucha diferencia". Y de crío hacía "lo que hacíamos en el pueblo, fastidiar la manta a todo hijo de vecino y jugar como los aldeanicos. No había otra cosa".

El ladrillo y el asfalto ganaron terreno "a una velocidad de vértigo, extraordinariamente rápido. De cinco familias que se dedicaban a la labranza quedaron dos, luego una...". Josetxo explica que primero levantaron la iglesia "y alrededor empezaron a construir. Por un lado, por otro... hasta hoy". De su pueblo le gusta "todo. Aquí tengo mi vida, mis amigos, mi agrupación Barrachichar... He vivido aquí muy bien, la prueba es que jamás me he ido. Y creo que todo el que viene a Burlada está a gusto", asegura.

el 'boom' demográfico

El crecimiento

Convivencia

Los inicios en Burlada no fueron plácidos para Vicenta Sanz, de 67 años. Llegó hace 53, cuando cerraron las minas de Puertollano y su padre se quedó sin trabajo. Lo encontró en Potasas. La empresa levantó dos bloques en Burlada, números 10 y 12 de la antigua calle Faustino Garralda, ahora de las Maestras. Y les tocó en el sorteo. "El primer curso en las Capuchinas las de aquí no me dirigían la palabra. Me decían 'andaluza, patas de alambre, que vienes a Navarra porque te mueres de hambre'. Yo ni siquiera era andaluza, pero nos catalogaban a todos igual porque hubo un aluvión muy grande de gente; de Extremadura, de Andalucía, mineros de Puertollano y asturianos un montón...". También recuerda un letrero de 'Jaén' a la entrada del pueblo. Pero como era una persona "muy movida" no tardó en encontrar su sitio. Participó en la fundación de la Asociación de Vecinos de Burlada y más tarde en la de la peña Aldabea. "Éramos una cuadrilla tremenda... cerraban todo y ¿dónde ibas a las seis de la mañana? Así que dijimos, 'pues vamos a hacer una peña para almorzar todos juntos".

Vicenta considera que como Burlada tiene todos los servicios y no hace falta salir fuera "tiene lazos donde enganchar. Las piscinas, el centro de salud, las escuelas... eso hace mucho, ha posibilitado y va a posibilitar que se creen unos vínculos muy fuertes. La gente, tanto los que estaban como los que hemos venido, nos hemos ido entendiendo muy bien". Para su marido Manolo Vizcay, de 66 años y natural de Orbaiceta, "Burlada comenzó siendo un pueblo dormitorio y fue evolucionando". A su entender, buena parte de la culpa de su rico entramado social y "de hacer vida social en la época" la tienen "el grupo de montaña Beti Lagun primero, y después las tres peñas; San Juan, Euskal Herria y Aldabea. Fueron un pilar muy importante y ayudaron a generar pueblo".

política, fiestas...

La vida en Burlada

Evolución

Mari Barrios nació en Bera hace 85 años, y tras un periplo por París y Londres se asentó con su marido en Burlada cuando "en la calle La Fuente se terminaba todo" y mandaban "cuatro caciques". Siempre se ha sentido "muy integrada, primero en asociaciones, y luego fui concejal en el primer Ayuntamiento democrático". Formó parte de la coalición de izquierdas que gobernó "trabajando intensamente, porque estaba todo por hacer". Ahora está bastante apartada "por no decir del todo" de la vida política, pero opina que "los de un lado y los de otro, creo que todo el mundo piensa en hacer lo mejor para Burlada. Y se turnan, como en otros muchos sitios". "Estamos cerca de Pamplona pero tenemos nuestra propia identidad y gente muy inquieta. Es un pueblo con conciencia de pueblo, hay buen ambiente entre las distintas nacionalidades y se vive bien", opina. En el debe, la suciedad: "Es lo que más me fastidia. Burlada era sucio y sigue siendo sucio. Por más que barran los barrenderos, seguimos tirando al suelo de todo", lamenta.

Por su parte, Paco Jamar es un cebollero de 79 años que no renuncia a sus orígenes pero compró piso en Burlada porque en Huarte no construían. Director y profesor en el instituto Ibaialde desde que se fundó y hasta su jubilación, "solo 23 años", fue edil cuando el Consistorio compró el palacete y su jardín: "fui uno de los que estuvo haciendo la tasación y compraventa en casa del señor Uranga". Esos jardines propiedad de los vecinos le parecen "el lugar que marca la nota distintiva de toda la cuenca de Burlada".

El presidente de la asociación Antiguos de Burlada Barrachichar, Heliodoro Muro, dice en bajito que tiene 80 años "para que nadie me oiga". Nació en Cadreita, hizo la mili en Pamplona "y ya me quedé por aquí". En Burlada desde 1974, "cuando no estaba hecha más que la mitad del pueblo" y en el lugar que ocupa ahora su vivienda había un campo de trigo "en el que el rastrojo ardía todos los años, los chavales prendían fuego". Muro montó un taller de carpintería de aluminio, "ya estaba integrado del todo, y aquí hemos seguido". En un pueblo "muy majo", se acuerda de fiestas y la riada de gente de Pamplona que bajaba Beloso buscando jolgorio. "Era un pueblo pequeño, pero venían toreros de postín". Y destaca que "a diferencia de otros sitios, en Burlada hay ambiente siempre".

Rosario Martín cumplirá 72 años en octubre, 50 de ellos en Burlada. Es de Granadilla, "el pueblo más bonito de Extremadura". Su familia llegó a Pamplona porque "el pueblo lo cogió un pantano" y les desalojaron. Como bajaba a menudo a Burlada porque tenía amigas "terminé echándome un novio que vivía aquí". Aquí ha tenido tres hijos y aquí "estoy muy a gusto, no me iría de Burlada". Ahora, ya jubilada, "voy a la Asociación de Mujeres, estamos un montón y tenemos muy buena relación".

La presidenta de la asociación es María Luisa Orduña, nacida en Peralta hace 75 años. También lleva 50 en Burlada, y lo que quería cuando llegó era "luchar por un pueblo, porque esto era como una ciudad dormitorio, aquí no había nada. Intenté que este fuera nuestro pueblo, el pueblo de mis hijos". Le tocó luchar "por poner piscina, por poner semáforos en la variante, que cruzaban los críos para ir al colegio y era un peligro, luchamos por que se pusiera un buen alumbrado..." Lo ha debido de hacer bien, porque cuando pensaron en comprar casa en Pamplona porque su marido trabajaba en la capital, los hijos dijeron: "vosotros os podéis ir, pero nosotros nos quedamos. De la calle Lafuente, ni 20 pasos".

Safiatu Sidibe (37 años) llegó a Burlada desde Mali en 2002. Aquí vivían su pareja y "una paisana, pero solo una. Ahora estaremos más o menos diez familias". Encontró con varias dificultades. "No conocía el idioma. Y aquí la gente es un poco cerrada, es difícil entrar en una cuadrilla". Safi, con dos hijas de 17 y 14 años, cuenta que a raíz de su nacimiento "mi vida fue cada vez más fácil. Cuando tuve mi primera hija, las vecinas venían a tocar la puerta para verla, querían estar con ella. Antes caminaba sola por la calle, la gente no se atrevía a dirigirte la palabra. Pero con mi hija se acercaban, jugaban con ella... Poco a poco, en el parque se ha ido rompiendo el hielo", dice. "Ahora estamos muy bien, la verdad", confirma. Y destaca "la cercanía de los servicios y sobre todo la llevada de la Diversidad Cultural junto con el Ayuntamiento de Burlada. Es el punto más fuerte, ahora estamos muy abiertos con los trabajos que hacemos, las reuniones, las fiestas... todo eso hace que la convivencia se enriquezca mucho".

Evolución demográfica. En 1900 Burlada apenas contaba con 280 vecinos; hasta los años 50 no rebasaron el millar (1.852), y en 1960 residían en el concejo 3.560 personas. Esa década marca un hito en la localidad: la población se multiplica por cuatro, con 13.328 habitantes en 1970. Con el desarrollo de Erripagaña, el pasado año Burlada alcanzó su máximo histórico de población, con 19.096 personas (INE). Es el 5º municipio más grande de Navarra por detrás de Pamplona, Tudela, el Valle de Egüés y Barañáin.

Diversidad cultural. Tal y como recoge el Diagnóstico sobre Convivencia en Burlada, elaborado por el área de Diversidad Cultural en 2019, Burlada ha sido destino de tránsitos migratorios de diversas características y procedencias. Los datos del Instituto Nacional de Estadística indican que del total de población de Burlada en el año 2017 (18.591 personas), 1.266 (6,8%) habían nacido en la localidad. 11.020 (59,3%) en otras localidades de Navarra, 3.304 (17,8%) en otras provincias del Estado y 3001 (16,1%) en el extranjero. Es decir, más de un tercio de la población (33,9%) ha nacido en un lugar diferente al territorio navarro.

"El trabajo en Diversidad ha hecho que la convivencia se enriquezca mucho"

Vecina de Burlada

"Yo aquí estoy muy a gusto, no me iría de Burlada"

Vecina de Burlada

"Quería luchar por un pueblo; esto era una ciudad dormitorio, aquí no había nada"

Vecina de Burlada

"El Beti Lagun y luego las tres peñas ayudaron mucho a generar pueblo"

Vecino de Burlada

"Los que vinimos y los que estaban nos hemos ido entendiendo bien"

Vecina de Burlada

"Es un pueblo muy majo, con gente muy inquieta y nuestra propia identidad"

Vecina de Burlada

"A diferencia de otros sitios, en Burlada hay ambiente siempre"

Vecino de Burlada

"Burlada creció a una velocidad de vértigo, extraordinariamente rápido"

Vecino de Burlada

"El parque municipal es el lugar que marca la nota distintiva de la cuenca de Burlada"

Vecino de Burlada