- Ante las nuevas medidas de confinamiento perimetral en Navarra, el albergue de Orreaga-Roncesvalles se ha visto obligado a cerrar sus puertas debido a la imposibilidad de ofrecer un buen servicio a los peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Con los tres establecimientos de hostelería cerrados en uno de los lugares más emblemáticos de la Comunidad, no parece muy coherente mantener las puertas abiertas para el hospedaje. "¿Para qué vamos a tener un sitio si luego no pueden comer ni tomar un café? Además, la mayoría de peregrinos que están pasando son franceses, alemanes. Si abrimos, estamos favoreciendo que vengan y resulta que no tienen que venir, así que, muy a nuestro pesar, la opción ha sido cerrar", confiesa Marisol Goikoa, responsable del albergue de peregrinos de Roncesvalles.

En las últimas semanas, la frecuencia de caminantes ha sido de 20-30 al día, en su mayoría, del Estado francés. Y ya desde el pasado 11 de octubre, habían decidido cerrar el albergue grande y atender provisionalmente, al menos hasta la apertura del albergue de invierno el 1 de noviembre, en las habitaciones del bar-restaurante La Posada. Sin embargo, con el cierre de los locales hosteleros, se les hacía difícil mantener abierto el albergue de invierno con únicamente 14 plazas. El cierre de Navarra ha afectado de lleno al Camino de Santiago porque, en caso de que un peregrino quisiera iniciarlo en Saint Jean Pied de Port, tendría que buscar una alternativa para evitar los 200 kilómetros de camino navarros. "La verdad es que da mucha pena. Esta tarde (ayer) se está moviendo gente y por la calle se ven muchos franceses, pero ya estamos avisando por Facebook y WhatsApp para que no vengan y también están avisados en Saint Jean Pied de Port. Ojalá podamos abrir pronto, pero lo veo difícil", dice Goikoa.