Este 16 de diciembre el bar El Retrogusto es mío cumplirá cuatro años en Sarriguren, un aniversario sin duda atípico. "Nos dejan abrir el 17, dentro de lo malo... Las ayudas nos han venido bien pero son muy escasas, este año hemos perdido mucha capacidad no sólo de ingresos sino también de crecimiento. Pero con los bonos estamos contentos", reconoce Ana Murillo, la propietaria. "Además de bar somos tienda de vino y cerveza, así que mientras la parte hostelera permanecía cerrada hemos reforzado la comercial, nos hemos reconvertido al cien por cien, al menos con ambas opciones hemos podido hacerlo".

Asegura que los vecinos y vecinas del valle están haciendo uso de los bonos que subvenciona el Ayuntamiento, "vienen y nos preguntan. Es interesante porque además de las ayudas directas, esto también nos favorece de manera indirecta. Estaría bien que la campaña se repita una vez que abra la hostelería, para que pueda participar también, ya que al principio salieron adelante los bonos pero muchos bares han permanecido cerrados y no han podido disfrutar de esas ventajas", explica.

También han solicitado al Ayuntamiento "otro tipo de medidas" más encaminadas a un refuerzo "como modificar alguna ordenanza, relajar el tema de las fianzas o ayudas para que salgamos adelante", avanza.