s tiempo de poda en las tierras donde hunden sus raíces los viñedos, como Sada. Se acerca la hora de comer, Jesús Mari Lecumberri, aparca tijera y viña, y hace lo propio Luis Carlos Urricelqui Elduayen. Una cerveza les espera en el bar. Están de suerte. Hay bar en el pueblo. Agricultores de 57 y 49 años, son alcalde y concejal y engrosan junto a sus familias un censo de 146 habitantes. Cuando Lecumberri tenía 14 años, la cifra ascendía a 365. En cuatro décadas, la realidad arroja hoy 80 vecinos y vecinas con casa abierta a diario.

Aún así, se mueven en una franja poblacional media baja de la comarca. Por orden alfabético, sin contar la cuenca de Lumbier: Aibar 805, Cáseda 974, Eslava 111, Ezprogui 43, Gallipienzo, 98, Javier 110, Leache/Leatxe 30, Lerga 55, Liédena 292, Petilla de Aragón 31, Yesa, 292 y Sangüesa 4962. (BON 20/2/20).

Cuentan con una tienda de ultramarinos, oficina bancaria abierta un día a la semana con cajero. Un taxi hace de enlace con Lerga, Eslava, Ayesa y Gallipienzo. Lunes, miércoles y viernes empalma con el autobús a Pamplona en Aibar, de donde procede el pan que consumen y la médico que les visitaba dos días por semana en días de prepandemia. Se jubiló la pediatra y ahora tienen que ir a Sangüesa. Pero sin duda, la mayor pérdida que ha sufrido el pueblo recientemente es la del colegio. Este es el primer curso sin escuela rural. "El corazón es el corazón, pero se veía venir", expresa el alcalde.

No solo se van los niños, también lo hacen las parejas. "En el pueblo se quedan los hombres solteros que atienden las fincas, pero el campo tiene muchas dificultades".

Piden apoyos fiscales y que no suban la base imponible de su actividad . Argumentan que vivir en el pueblo es más caro. "La vida de nuestros coches es más corta, necesitamos tener dos y gastamos más gasolina. Tenemos que desplazarnos a Sangüesa o a Lumbier para cualquier extraescolar, aquí no hay villavesas que puedan trasladar a nuestros hijos. Deberían compensarnos por vivir en el mundo rural", sostiene Jesús Mari.

Paliar esta realidad pasa por apoyar el trabajo de las mujeres rurales y aprovechar los recursos humanos existentes priorizando el hecho de vivir en la comarca para acceder a puestos de trabajo , opina Luis Carlos. Dárselos a empresas de fuera , cuando existe la preparación en casa, es contribuir con la despoblación. "Si las mujeres no se pueden desarrollar laboralmente en sus pueblos, cogen los hijos y se van a la ciudad", resume el alcalde.

Consideran que el lote trabajo, vivienda e internet es imprescindible para fijar población. En sus proximidades se asienta la industria: Viscofán (Cáseda), Papelera (Sangüesa), Acciona y Argal en Lumbier. Sada tiene el campo y su bodega. De ella apuntan que pueden vivir aproximadamente una docena". Entre Sada y Ayesa suman 20 productores que meten el 80% de la uva con la que fabrican un vino bien colocado en el mercado. "Hasta la pandemia, así ha sido", matizan. "La covid-19 ha supuesto un freno y ahora vienen años duros", sentencian. Añaden que la ley " cruje" a los agricultores y autónomos. "El cultivo de la vid no tiene PAC Tenemos que gestionar con mucho cuidado para no hundirnos. No podemos pelear contra los monstruos", dicen.

Se muestran escépticos . Confiesan que no creen en los políticos, "porque el tiempo pasa y esto no mejora. Hace falta dinero para 'la no despoblación' y una ley que lo regule". Pero aguantarán el tirón, a pesar de las trabas, de la distancia a un centro hospitalario de urgencias. Aunque de 25 de cuadrilla solo 4 hayan elegido vivir en el pueblo, ellos mismos. "La vida rural es calidad de vida, confianza y tranquilidad. Para mí un pueblo es que mi hijo tiene 80 padres. Nos conocemos todos", abrevia Lecumberri.

Sol, buen vino y el bar de la piscinas abierto aumentan el valor añadido de Sada. Lo atiende amablemente Ximena Castillo, ecuatoriana, que vive en Sangüesa porque en Sada no hay vivienda. En este partido, los dos equipos ganan.

El alcalde de Sada Jesús Mari Lecumberri

El alcalde de Sada Jesús Mari Lecumberri

"Si las mujeres no pueden trabajar en los pueblos, cogen a sus hijos y se van"

Alcalde de Sada