García Castañón, una céntrica calle de Pamplona que rebosaba vida. Por un lado, cientos de personas acudían a los antiguos Cinema Príncipe de Viana, obra del célebre arquitecto José Yárnoz inaugurada en junio de 1940, que durante décadas ofreció la pantalla más grande de la ciudad.

Por otro, bares legendarios como el Bahía -en pleno funcionamiento desde 1954- propiciaban el ambiente idóneo para el poteo. Sin embargo, con el cierre de los cines en 2005, la vía perdió gran parte de su esencia y se quedó desangelada.

Hasta ahora, ya que se ha renovado con la reciente aparición de cinco locales de gastronomía internacional -tres sushis, un turco y un italiano- que poco a poco se hacen un hueco en los paladares de los pamploneses. García Castañón, la calle más exótica de Iruña.

Desde el 23 de marzo, la esquina de García Castañón con el Paseo de Sarasate es un trocito de Taiwán y de Japón. Luis y su familia, procedentes del suroeste de China, regentan el comercio Sushi House, que prepara tés típicos de Taiwán e innumerables variedades de sushi para llevar: nigiri, guncan, homosaki, temaki, onigiri, cirashi, sashimi€ "Nuestra especialidad es el onigiri, una bola de arroz a la que se le hace una apertura triangular y por donde se añade pescado. La apertura se cierra con una lamina de alga", explica Luis.

A pesar de que solo llevan tres semanas, Luis comenta que están funcionando "bastante bien, a muy buen ritmo" y no cree que se deba a que los interiores de la hostelería estén cerrados: "Cuando los bares y restaurantes estaban abiertos por dentro no nos afectaba tanto. Y ahora que han cerrado tampoco notamos un mayor número de clientes, igual algo más. Aquí en Pamplona la verdad que se consume mucho sushi y té", asegura.

Principalmente, añade, gente joven: "Están viniendo sobre todo a por los Bubble Tea- una base de té mezclada con distintas frutas y leche - porque ya conocen lo que es. En cuanto al sushi, aún no hemos despegado del todo, pero la mayoría de los clientes también sabe los tipos que tenemos. No nos preguntan qué es cada cosa, vienen y dicen 'quiero esto, esto y esto'. Ya hay mucha gente que come pescado crudo".

La familia, residente en Vitoria desde hace casi dos décadas y donde abrieron su primer local de sushi y té hace medio año, quiere aprovechar el boom de esta cultura gastronómica para expandirse por la capital navarra.

"Nos están dando muy buenos resultados desde el primer mes y por eso vamos a seguir abriendo. Si en Pamplona va bien, nuestra intención es que la tercera tienda también se sitúe aquí", afirma Luis, que no considera un problema que en una misma calle haya otros dos establecimientos ofreciendo un producto parecido. "A diferencia de Vitoria, he notado que en Pamplona se consume mucho más sushi", incide.

"Fusión occidental"

Justo en la acera de enfrente se sitúa el segundo local de comida japonesa de la calle García Castañón, el Sibuya Urban Sushi Bar, que abrió sus puertas en septiembre. "Nos llamaba mucho la atención la comida asiática y en Pamplona aún no había muchos restaurantes de este estilo", expone Ana Millera, segunda encargada del Sibuya Urban Sushi Bar.

En este caso, reconocen que sí que se han visto más afectados por las restricciones impuestas al sector de la hostelería -en la actualidad los interiores están cerrados como mínimo hasta el 22 de abril- porque "este restaurante está enfocado para que la comida se elabore y se coma al momento", asegura Ana. Pone como ejemplo el flameado del sushi, "platos muy estéticos que salen con fuego y que llaman mucho la atención al cliente", que solo se pueden degustar cuando el establecimiento está abierto.

Por eso, se han tenido que adaptar a las circunstancias y apostar por el take away: "Hemos trabajado mucho a domicilio y hemos funcionado muy bien", señala. En estos últimos meses, comenta Luis Bermúdez, el jefe de cocina, los productos estrella han sido los combos en los que se mezclan diferentes sushis.

Otra diferencia es el tipo de público, ya que atraen a clientes de todas las edades. "A veces creemos que solo a los jóvenes les llama la atención el sushi, pero aquí vienen gente de todas las edades. Hasta muy mayores, a los que igual les cuesta más entender el plato, pero les encanta", indica.

Y augura que es una tendencia que va a seguir al alza: "Hasta hace dos o tres años, el sushi no era muy conocido en Pamplona, pero ahora se está introduciendo en nuestra cultura gastronómica y a la gente cada vez le gusta más", opina.

Además, para las personas que les da "un poquito de miedo el crudo, que a veces genera rechazo", ofrecen una "fusión occidental". Es decir, no trabajan solo con pescados crudos, sino que también los preparan con tempuras, los cuecen o los flamean.

El tercer local de comida japonesa es el restaurante Koi Sushi, el único de todos ellos que ofrece futomaki, un rollo grueso de sushi, con entre 2 y 3 cm de espesor y 4 y 5 de largo, que contiene hasta siete ingredientes.