n acto más sencillo, menos multitudinario y, a diferencia del resto de años, celebrado entre semana sirvió ayer para homenajear en el Parque de la Memoria de Sartaguda, lugar en el que hoy se celebraría el XIII aniversario de su inauguración, a los familiares de los represaliados durante el alzamiento fascista. Los testimonios de estas personas, protagonistas de la exposición Lur Azpian/Bajo Tierra que pretende preservar, con 338 fragmentos de 40 entrevistas, la memoria de las personas perseguidas y asesinadas en 1936, conmovió a todos.

Entre los asistentes, además de la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, estuvieron el director general de Paz Convivencia y Derechos Humanos, Martín Zabalza; el alcalde de Sartaguda, José Ignacio Eguizábal; la alcaldesa de Lodosa, miembros del Instituto Navarro de la Memoria, parlamentarios, así como Julio Sesma y Josefina Campos, entre otros, como familiares de los represaliados a quienes quisieron rendir homenaje.

Ollo quiso destacar el papel de estas personas y su empeño "incluso cuando las instituciones querían ocultar y enterrar, no solo a vuestros familiares, sino también ese compromiso con una sociedad más justa. Fuisteis protagonistas de las primeras exhumaciones tempranas en la década de los '70; personas que habéis ofrecido vuestro testimonio sobre aquel movimiento tan activo, vital y comprometido. Nos contasteis las circunstancias en que fueron detenidos y asesinados vuestros familiares, los sufrimientos y humillaciones que vivieron las viudas y las dificultades económicas, pero también nos aportasteis una reflexión sobre las causas de aquella masacre, sobre los perpetradores, sobre la verdad, la justicia y el recogimiento que requerían vuestras familias, y sobre los funerales y los enterramientos republicanos. Que vuestra memoria sea accesible para todos y, en especial, para los más jóvenes, es importantísimo porque no pueden crecer en la desmemoria que hemos crecido las generaciones anteriores".

Julio Sesma, sartagudés a cuyo padre fusilaron cuando tenía cuatro meses, reconoció que "sacar los restos no fue tarea fácil" y siempre reafirma que "recuperar los restos de mi padre de la cuneta y enterrarlo fue el mayor obsequio que le pude hacer a mi madre".

Aunque apenas se profundizaba sobre el asunto en su casa, "creo era para protegernos. Las mujeres vivieron aquel horror, aquella injusticia, fueron discriminadas y despreciadas; esas mujeres se lo llevaron a la tumba. La experiencia que he vivido en esta vida ha sido muy fuerte y muy cruel, pero estoy muy orgulloso de ser de los padres que soy".

También aportó su testimonio Josefina Campos, peraltesa presidenta de la asociación Mujeres con Memoria. Visiblemente emocionada recordaba como "desde muy niña escuché hablar a mis padres sobre el anhelo de encontrar los restos de sus familiares y de poder traerlos al pueblo. Cuántas lágrimas fueron derramadas en mi presencia. Muchos de nosotros recorríamos los pueblos buscando los lugares en los que las víctimas del franquismo habían sido enterradas. Tengo muy presentes a mis hijos, de 10, 7 y 4 años respectivamente entonces, y que algunos días nos acompañaban con toda normalidad".

El acto contó con la música en directo de Iñigo Aguerri y finalizó con una ofrenda floral.

"Recorrimos los pueblos buscando dónde habían sido enterradas las víctimas del franquismo"

Peraltesa, Pdta. Mujeres con Memoria

"Los jóvenes no pueden crecer en la desmemoria como lo hemos hecho las generaciones anteriores"

Consejera de Relaciones Ciudadanas

"La experiencia que he vivido ha sido muy fuerte y cruel, pero estoy muy orgulloso de mis padres"

Sartagudés, hijo de fusilado