El buen tiempo ya se ha asentado y hemos empezado a planificar las vacaciones de verano. Aunque muchas veces nuestros planes se dirigen hacia destinos más costeros, es cierto que también podemos disfrutar de entornos naturales cercanos cualquier día de la semana y que nos permiten evadirnos de la rutina. Uno de estos destinos con encanto y que tiene un gran potencial por descubrir es La Rioja.

Esta comunidad es tierra de vino, de paisajes, de dinosaurios y de pueblos encantadores. Una naturaleza de cuento con numerosos espacios protegidos y que alberga pueblos medievales escondidos entre montañas, además de una gastronomía a la altura de sus vinos y una excelente cocina que satisface los paladares más exigentes. Y es que esta comunidad, la más pequeña de España, es la región que más estrellas Michelín dispone por habitante.

Pero su reducido tamaño no tiene por qué engañarnos. En La Rioja confluyen climas y biodiversidad, convirtiéndose así en un indiscutible destino de naturaleza. Una opción muy acertada, sobre todo, en estos tiempos de pandemia en los que buscamos tranquilidad y alejarnos de las grandes urbes. En su territorio se pueden encontrar una gran diversidad biológica para recorrer con facilidad, pasando por paisajes alpinos de alta montaña, que superan los 2.000 metros, y entornos glaciares a climas mediterráneos con estepas.

En poco tiempo podemos desplazarnos hasta el Alto Najerilla y disfrutar de su rica biodiversidad en la que destaca un gran número de especies protegidas. De hecho, La Rioja cuenta seis espacios naturales integrados en la Red Natura 2.000, algunas ya incluidas en la red europea de Zonas de Especial Protección para las aves. Asimismo, acoge la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza -que comprende el Camero viejo-, Jubera, Cidacos, Linares y Alhama, declarada, a su vez, destino turístico Starlight por la calidad de sus cielos para la observación de estrellas. Lugares mágicos que todavía están por descubrir, incluso para los visitantes más cercanos como los navarros, y que no están muy masificados. Su singularidad permite establecer una conexión íntima con la naturaleza y con el conjunto de su patrimonio, mucho más que en otros destinos.

La personalidad propia de La Rioja también nos acerca entornos como el Parque Natural de la Sierra de Cebollera y el Centro de la Transhumancia de venta de Piqueras en Lumbreras, donde se exhibe la cultura de los pastores trashumantes, una forma de vida que hasta hace apenas un siglo predominaba en toda la comarca de Cameros. También, ofrece la posibilidad de aventurarnos en su Reserva de la Biosfera a través de Las Rutas del Silencio, un conjunto de nueve itinerarios de senderismo, de distinto grado de dificultad, creados para disfrutar del paisaje sonoro del espacio en distintos lugares y momentos del año. Lo que permite ajustarse al máximo al periodo fenológico de las especies más habituales.

Los recorridos disponen de una aplicación móvil gratuita que permite realizarlos de manera autoguiada, ya que cada uno de ellos cuenta con cinco puntos de escucha en los que se activan locuciones automáticas. Las posbilidades, por tanto, son infinitas para los aficionados de la naturaleza, desde los iniciados a los expertos, ya que La Rioja cuenta una Red de Senderos de más de 650 kilómetros de itinerarios verdes o senderos señalizados con opciones para todos los niveles.

Diversión en la naturaleza

El entorno natural de la Rioja regala espectaculares enclaves para disfrutar de todo tipo de actividades de ocio y tiempo libre. La enorme oferta enoturística, con más de 400 bodegas pertenecientes a la DOCa Rioja, divulgan con absoluta pasión la historia y la cultura vitivinícola de la región, que produce y da nombre a uno de los grandes vinos del mundo.

Visitar un viñedo para conocer los trabajos que se realizan en la viña, practicar deportes entre las viñas, experimentar el pisado de la uva o los trabajos de un viticultor, admirar los tesoros del museo del vino y aprender disfrutando en un curso de cata o, incluso, relajarse con un tratamiento de vinoterapia aprovechando los poderes antioxidantes de la uva de Rioja son algunas de las propuestas que se pueden realizar en torno a esta cultura.

Para los amantes del turismo deportivo, activo y de aventura la comunidad dispone de una amplia oferta de actividades para disfrutar del paisaje riojano. Podemos realizar deportes acuáticos en alguno de sus ríos o en el Club Náutico de El Rasillo, recorrer los viñedos y los montes a caballo, en bicicleta o caminando. También, visitar las Cuevas de Ortigosa, unas cavidades de más de 160 millones de años de antigüedad, puede ser un buen plan para viajar con niños, así como el Jardín Botánico de La Rioja, situado entre Santo Domingo de La Calzada y Nájera y con una extensión de unos 20.000 m2 que dan cabida a una amplia variedad de árboles y plantas procedentes de diferentes lugares del mundo; la Cueva de los Cien Pilares de Arnedo, un complejo de cavidades excavados bajo la roca de lo que presumiblemente pudo ser el Monasterio Rupestre de San Miguel; o el Parque de Aventura de Lumbreras, una atractiva actividad que, formada por dos circuitos con torres de madera y puentes colgantes de cuerdas, ofrece una serie de retos de equilibrio y pruebas de destreza que hacen las delicias de pequeños y mayores, además de la escalada en rocódromo y las siempre divertidas tirolinas. Asimismo, el parque de paleontoaventura de Enciso, Barranco Perdido, brinda la oportunidad de convertirnos en paleontólogos por un día y conocer cómo eran los habitantes de esta tierra hace 120 millones de años.

Por su parte, Ribavellosa es un sitio inmejorable para conocer parte del entorno natural riojano, muy accesible gracias a sus 12 km de senderos autoguiados abiertos al público y bien señalizados.

Edificios con historia

El patrimonio histórico y cultural es otro de los alicientes para volver a visitar La Rioja. Los monasterios de Yuso y Suso en San Millán de la Cogolla son Patrimonio de la Humanidad y considerados durante muchos años como cuna del castellano, ya que en el Escritorio de San Millán se escribieron las Glosas Emilianenses, unos de los documentos más antiguos en los que aparecen textos del romance navarro-aragonés en su variedad riojana y del castellano con rasgos riojanos, además de contener los primeros textos no epigráficos en vascuence.

Otro de los lugares más emblemáticos de La Rioja es el monasterio de Santa María la Real de Nájera, donde se encuentran los mausoleos de los reyes e infantes del reino de Nájera-Pamplona, antecesor del que fuera reino de Navarra. Un fiel reflejo de la preeminencia histórica de esta zona de La Rioja durante los siglos medievales.

Por su parte, la Colegiata de San Miguel en Alfaro se ha convertido en uno de los lugares más visitados al acoger la mayor colonia de cigüeña blanca a nivel mundial asentada en un edificio. Esta colonia está compuesta por un centenar de nidos con hasta medio millón de ejemplares.

La ciudad de Logroño, que en este 2021 celebra el V centenario del sitio de la ciudad por tropas francesas, es otra muestra de la riqueza patrimonial de la comunidad, un lugar de paso y cruce de caminos, tales como el Camino de Santiago, y de fronteras, disputada entre los antiguos reinos de la península ibérica durante la Edad Media. Sus calles albergan el carácter de Primera Ciudad Comercial de España y edificios históricos como la concatedral de Santa María de La Redonda; el convento de la Merced, actual sede del Parlamento regional; la característica calle Portales, la iglesia de Santiago El Real, o la de Santa María de Palacio. Asimismo, la calle Laurel es un reflejo de la riqueza gastronómica de la región con una oferta distinta y única en cada establecimiento que marida a la perfección con un vino Rioja.

Sin duda, la accesibilidad a la comunidad y la gran diversidad de espacios naturales, históricos y culturales, sumado a la oferta lúdica al aire libre, convierten a La Rioja en un lugar imprescindible para visitar y volver a redescubrir. Una comunidad que todos los navarros conocemos de primera mano, por su cercanía y proximidad, pero que aún nos ofrece mucho por conocer.

La comunidad cuenta con más de 650 km. de itinerarios verdes y senderos señalizados