Cerrar los ojos, respirar, y escuchar el sonido de las hojas de los árboles bailando al son del viento o el graznar de los pájaros revoloteando entre sus ramas son sensaciones que solo se pueden sentir si nos encontramos en plena naturaleza. La rutina diaria en las ciudades no nos deja muchas veces apreciar el patrimonio paisajístico que tenemos alrededor y de todas las posibilidades que nos ofrece a nuestros sentidos. Sin embargo, este viaje a las emociones está más cerca de lo que parece.

Junto a Navarra, en La Rioja, podemos perdernos en espectaculares rincones propios de un continente. Esta comunidad tiene algo de mediterráneo, que aúpa los viñedos; algo de alpino, que corona las sierras nevadas en invierno y un secano profundo que crea paisajes lunares. Y sobre todo, un protagonista: el agua. Siete ríos nacen en la región y la decoran con diversos paisajes. A cada paso, cambiarás de mundo sin salir de esta tierra.

La Rioja, la región más pequeña de España, alberga espacios naturales de gran belleza. De hecho, seis de ellos están integrados en la Red Natura 2000 que, a su vez, pertenecen a la red europea de Zonas de Especial Protección para las aves. Toda una preservación para generaciones venideras.

Asimismo, a poco más de 30 kilómetros al sur de Logroño se encuentra la comarca del Camero viejo, que acoge la Reserva de la Biosfera de los valles de Leza, Jubera Cidacos y Alhama. Un entorno que podríamos calificar de media montaña en el que la palabra 'rural' no solo suena auténtico, sino que es real. Dehesas con robles de 300 años, bosques frondosos, cimas desde donde contemplar gran parte de La Rioja, cascadas... la belleza natural de la comarca está salpicada de pequeñas aldeas, como Velilla -casi de cuento- o pueblos abandonados como el de Santa María. Hay que recorrer sin prisa las calles empedradas de sus pueblos, siempre flanqueadas por casas de gruesas paredes de piedra en la parte baja, adobe y cal en la superior y vigas de madera. San Román de Cameros es un claro ejemplo de esta arquitectura tradicional serrana. Además, si visitamos el Camero Viejo en verano nos brinda la posibilidad de refrescarnos en una de sus pequeñas pozas que surgen y se esconden a capricho durante el estío.

No obstante, en este entorno podemos recorrer Las Rutas del Silencio, un conjunto de nueve itinerarios de senderismo, de distinto grado de dificultad, creados para disfrutar del paisaje sonoro de este escenario de la Biosfera, a través de una aplicación móvil gratuita que permite realizarlos de manera autoguiada.

Por su parte, en el Camero nuevo se esconden bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas. Un territorio que cuenta con un patrimonio paisajístico importante, en el que los colores van cambiando a lo largo de las estaciones, desde el blanco invernal al verde brillante de la primavera, y a los tonos rojizos y ocres del otoño, con su propia avifauna. El río articula este espacio desde su nacimiento en una zona que nos recuerda los entornos glaciares del Pirineo hasta llegar al cortado de las Peñas de Viguera e Islallana, donde se abre la puerta de la sierra al valle. Se trata de un refugio atlántico en un mundo mediterráneo que alberga el parque Natural de Sierra Cebollera y que incluye los términos municipales de Villoslada de Cameros y Lumbreras, con las aldeas de San Andrés y El Horcajo. Los bosques de pinos, hayas y robles y otras especies más escasas como abedulares, pinares de pino negro, acebedas, robledales de roble albar contribuyen a su biodiversidad.

Sin duda, una de las mejores opciones para pasar un espectacular día de verano en La Rioja.

Destino Starlight

La diversidad del entorno paisajístico riojano no solo invita a disfrutar de unos días de relajación o de actividad aventurera en familia o con amigos, sino que también nos obsequia con un regalo para todos los sentidos, sobre todo, para la vista.

La Rioja es el primer destino turístico Starlight de la Península Ibérica, certificado así por la calidad de sus cielos para la observación de estrellas. Encima de una colina en Cervera del Río Alhama -una población dentro de la Reserva de la Biosfera de los valles de Leza, Jubera, Cidacos y Alhama, y junto a la Laguna de Cameros- o en Azofra, pueblo camino en el corazón de La Rioja alta, podemos contemplar espléndidos cielos estrellados y sus recursos naturales y culturales vinculados al turismo astronómico, lo que da cuenta de la calidad medioambiental de este territorio, desde la atmósfera hasta los bosques. Zonas naturales con escasa población que contribuyen al descanso y al relax en cualquier época del año.

Turismo ornitológico

Si algo identifica la riqueza naturalística de un territorio es su capacidad de albergar una amplia variedad de especies. La vicuña, el guanaco, el puma, el zorro colorado, el chinchillón, la mara o el gato montés son algunos de los mamíferos que conforman la biodiversidad riojana. Asimismo, la gran cantidad de hábitats naturales de la región permite la observación de cerca de 300 especies de aves en cualquier época del año. Las rutas permiten contemplar desde el vuelo del águila real frente al cañón del Leza al canto del carbonero palustre en los bosques del Parque Natural Sierra de Cebollera o el crotorear de las cigüeñas de la Colegiata de San Miguel de Alfaro, la mayor colonia a nivel mundial asentada sobre un edificio. Y es que el 33% del territorio de La Rioja ha sido declarado como Zona de Especial Protección para las Aves, ZEPA, siguiendo las directrices de la Directiva de Ave, formando además parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea.

Si el avistamiento de las aves despierta nuestro interés, también nos sentiremos atraídos por los más de 650 kilómetros de itinerarios verdes y senderos señalizados a lo largo de esta pequeña comunidad. En la Reserva Natural de los Sotos de Alfaro, en el tramo medio del Ebro en La Rioja Baja, tenemos la oportunidad de encontrar bosques y aves que forman un mundo propio a orillas del río. A lo largo de los meandros, playas e islas que forma el río Ebro vamos encontrando toda una variedad de especies animales y vegetales: chopos, sauces, fresnos y álamos en los que habitan cigüeñas, martines pescadores, milanos, abubillas, mirlos y garzas. En el agua, nutrias y visones europeos o incluso jabalíes o zorros que acuden a beber.

Para todos los gustos

Otro buen plan para disfrutar de la naturaleza riojana en estado puro es sumergirse en las cuevas de Ortigosa, perfectamente acondicionadas y con unas vistosas formaciones de estalactitas y estalagmitas de hace millones de años. No es la única gruta que hay en la región. En Arnedo, vale la pena visitar la cueva de los Cien Pilares. También, otra opción para conocer La Rioja es adentrarse en sus valles en busca de los vestigios de los dinosaurios. Una región que alberga la mayor concentración del mundo de huellas de estos antepasados; más de 11.000 distribuidas en 22 municipios de los valles de Leza, Jubera, Cidacos y Alhama.

Pero, La Rioja no es solo tierra de paisajes, dinosaurios y biodiversidad. Es mucho más. La comunidad está llena de contrastes y de pequeñas cosas que nos hacen revivir momentos inolvidables, incluso descubrir nuevos destinos en donde pasar un día, un fin de semana o todo el tiempo que queramos. Su cercanía y su proximidad a Navarra nos permite desplazarnos cómodamente y disfrutar de su privilegiado entorno natural lleno de emociones y experiencias distintas.

El Camero acoge la Reserva de la Biosfera de los valles de Leza, Jubera, Cidacos y Alhama