os festejos se han ido adaptando y modificando a las medidas de seguridad y normas vigentes frente al SARS-CoV-2, y es lo que ha ocurrido en las No Fiestas de Estella 2021. Tradicionalmente los primeros dos días son los de más apogeo, llenos de actos para entretener a todo tipo de personas. Esta vez las actividades habían sido canceladas para tratar de no propagar el virus que sigue expandiéndose entre la ciudadanía.

La hostelería quiso poner todo de su parte, respetando protocolos y medidas de seguridad, para que los estellicas pudieran disfrutar y brindar por las futuras fiestas. Hubo reservas previas para las comidas populares y completaron el aforo con 0,7 metros de espacio entre mesas y sillas. La comparación con un fin de semana de fiestas convencional llamaba la atención.

Agosto comienza con más de la mitad de la población vacunada con al menos una dosis y toque de queda nocturno, un concepto desconocido hasta hace año y medio. También son extrañas las calles, vacías y solitarias durante las mañanas de estas fechas festivas. La actividad de un día normal se ha apoderado de ellas. Las imágenes impactan. Hasta media mañana solo se escuchó el ruido del silencio. Eso sí, a partir del mediodía y hasta la hora de cierre, las terrazas se llenaron, con más motivo aún en tardes de sol y calor.

El viernes unos pocos salieron a celebrar el tradicional almuerzo, y algunos incluso se atrevieron a vestir la indumentaria oficial: ropa blanca, faja y pañuelico rojo. Después del cohete, las terrazas se llenaron de ciudadanos de todas las edades almorzando o comiendo en cuadrillas y grupos de amigos. Por la tarde, mareas blancas y rojas llenaron las calles principales de la ciudad, las que cuentan con más bares.

El plan que tenían era el siguiente: después de comer se quedarían dando una vuelta o consumiendo por los bares, ya que, como comentó una cuadrilla del Puy, "no hay mucho más que hacer por las restricciones y la falta de actividades estos días".

Otros grupos de amigos decidieron quedarse hasta el toque de queda, recordando momentos de años anteriores: "En condiciones normales los chavales nos quedaríamos hasta altas horas de la noche, o incluso después del encierro o de las vaquillas", decían con nostalgia. A la Policía, por su parte, le tocaba recordar a algunas cuadrillas de las terrazas el uso de la mascarilla cuando no se consume.

El sábado amaneció lluvioso y con un bajón de temperaturas. A medida que avanzaba la mañana, un buen número de ciudadanos se animó a salir a consumir en los bares. Al igual que los caracoles, los estellicas hicieron acto de presencia tras la lluvia. El día transcurrió tranquilo, con menos ajetreo que el Viernes de Gigantes, pero con más cohetes esporádicos tirados durante la tarde.

Con mucho más espacio y menos turistas, las calles de Estella volvieron a llenarse. La alegría y esperanza se instalaron en ellas, aunque el día no acompañase. Los hosteleros que pudieron abrir -otros cerraron por contactos de covid-19-, dieron el apoyo que los ciudadanos necesitaban, y más en éstos meses de agonía y machaque psicológico y emocional.

Las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad que patrullan por la Ciudad del Ega; Policía Municipal, Policía Foral y Guardia Civil, ya habían establecido previamente un protocolo de actuación, acordado desde mayo tras los diversos acontecimientos y botellones nocturnos en Estella.

Pasada la primera noche, el jefe de la Policía Municipal Patxi Martínez de Goñi, comunicó que la velada había sido tranquila: "La noche fue bastante bien, hubo gente joven por la parte vieja. Sobre las 01.15 horas despejamos la calle Navarrería". Además, informó de que ya se están haciendo las diligencias correspondientes a los sucesos ilegales o fuera de lugar.

El grupo municipal, las fuerzas de seguridad, los centros sanitarios y los diferentes colectivos y entidades de la ciudad insistieron en la importancia de cumplir con las medidas vigentes, y de ser responsables y empáticos. Pidieron a los vecinos que no olviden respetar el uso de la mascarilla, gel hidroalcohólico y la distancia mínima.