Tres cooperativas han pedaleado en la misma dirección para fundar CicloLab, el primer centro social de la bicicleta en Navarra, que apuesta por la movilidad sostenible, la economía circular y el respeto del medio ambiente. Este espacio pionero en Pamplona, creado por ciclistas y para ciclistas, aglutina una tienda-taller de segunda mano, una academia especializada en formación sobre movilidad ciclista y una empresa de mensajería sostenible que quiere profesionalizar el reparto. “A raíz de unas necesidades e inquietudes comunes, desde inicios de 2021 nos lanzamos a crear una entidad de economía social que nos permitiera aglutinar esfuerzos con las personas y entidades preocupadas por la movilidad ciclista, asociaciones vecinales, comercios y administración pública”, explica Maite Ciganda, presidenta de CicloLab.

La primera pata de este negocio, situado en la calle Uztarroz de la Rochapea, es IruZiklo. Esta microcooperativa de iniciativa social, conformada por dos socias y tres empleadas, trabaja para administraciones públicas en la formación en movilidad ciclista. Por ejemplo, desde 2018 se encarga de los programas del Ayuntamiento de Pamplona La Bicicleta en la Escuela y BiciEscuela de personas adultas, por los que el Consistorio recibió hace unas semanas el primer premio Bikefriendly en la categoría de Educación y Promoción. En este último hay tres niveles: de iniciación -para personas que no saben montar en bicicleta-, de habilidad -para ciudadanos que quieren adquirir una mayor seguridad en la conducción como el uso de frenos, marchas o control de distancias- y el avanzado, prácticas en entornos urbanos y en presencia de tráfico real.

Iruziklo también realiza planes de movilidad sostenible para empresas y entidades. “Estos programas están orientados al cambio modal de acuerdo a los criterios fijados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 de la ONU”, señala Maite. Además, el espacio de 400 metros cuadrados alberga una sala para charlas.

Bicis de los 80

Segundo Ciclo nació en 2017 con el objetivo de impulsar la economía circular. En la tienda taller trabajan en la recuperación y en la puesta en valor de las bicicletas usadas y sus componentes. “En nuestros cursos de mecánica hablamos del mantenimiento preventivo, que nos permite adelantarnos a los problemas mecánicos que pueda tener la bici y así alargar su vida útil. De esta manera, con el mantenimiento adecuado y buscando que las piezas sean lo más estándares posibles, una bici nos puede durar más de 25 años”, asegura José Pérez Hinojosa, fundador de Segundo Ciclo. Para los que duden, José les invita a que se pasen por la tienda: “Predominan bicicletas de los años 80 y 90”, incide.

En el taller arreglan todo tipo de bicicletas: de ciudad, de montaña, de paseo… Principalmente de familias y de ciclistas urbanos, pero también acuden personas que practican cicloturismo en sus viajes o ciclismo de montaña como actividad de ocio esporádico. “El usuario es muy variado y cada vez viene más gente, sobre todo tras la pandemia. Solo hay que salir a la calle para ver la cantidad de bicicletas que hay en cualquier aparcabicis”, asegura. En su caso, han notado el aumento de ciclistas de una manera bastante peculiar. “Últimamente recibimos menos bicicletas para vender y muchas más para rescatar del trastero”, relatan.

Además, han creado una zona de autoreparación que se puede alquilar por ocho euros la hora y que dispone de todas las herramientas necesarias. “Ha sido una de las grandes apuestas. Creemos que ofrecer un espacio en el que cualquier persona pueda ocuparse del cuidado de su bici le aporta seguridad y empoderamiento a la hora de solucionar posibles problemas mecánicos en el futuro”, defienden desde CicloLab.

El taller de autoreparación, confiesa José, le quita parte de su trabajo, “pero cuando creamos CicloLab teníamos muy clara la filosofía de centro social y para nosotros este taller representa esa idea a la perfección, ya que favorece el empoderamiento y el aprendizaje respetando los ritmos de cada persona”. Y subrayan que para los usuarios es una inversión a largo plazo: “Ganan más de lo que gastan. Tienen la posibilidad de autorreparar su bici aprendiendo e interiorizando métodos y trucos, utilizan herramientas específicas sin tener que comprarlas, disponen de material de apoyo especializado y ganan en confianza”. Generalmente, comentan, las personas usuarias poseen conocimientos básicos de mecánica, “pero no paramos de trabajar para editar nuevos materiales de apoyo porque es uno de los pilares de este espacio”, ahondan. Además, en caso de duda, siempre hay una persona para resolverla.

El Glovo pamplonés

La última pata de CicloLab es Ziclo-P, una cooperativa ciclologística que apuesta por profesionalizar el reparto con un enfoque social y sostenible. “Queremos ganarnos la vida decentemente y con nuestros derechos labores.”, asegura Iban Garro, uno de los impulsores de Ziclo-P, que el 3 de julio echó a rodar en Iruñ con cuatro trabajadores.