Mucho antes de Hallowen, por aquí también se celebraba la noche de ánimas, Gau beltza, una noche en la que se vaciaban nabos para iluminarlos con velas, se pintaba la cara y se salía a dar sustos. En Irurtzun hace cinco años que Pikuxar Euskal Txokoa recuperó esta fiesta pagana. Si bien la propuesta para el domingo era Ibilaldi Beltza, una marcha negra desde la senda de Artadia, el anuncio de lluvia obligó a trasladarla al interior de Atakondoa. Así, en un espectáculo participativo y lleno de magia, no faltaron terroríficas sorpresas. En Bakaiku también se celebró esta fiesta, con un taller de calabazas y kalejira. En ambos pueblos no faltaron deliciosas castañas asadas.