El desbordamiento del río ha dejado una escena en Miranda de Arga que la mayoría de sus vecinos y vecinas no habían presenciado nunca. Al igual que Berbinzana, la expansión del agua ha hecho que la mayoría de entradas al municipio hayan tenido que ser cortadas, dejando la carretera que comunica con Berbinzana como la única entrada a Miranda de Arga. “Tengo 34 años y no había visto el paisaje así nunca. Trabajo en Alsasua y tengo que dar muchas vueltas para poder llegar hasta allá”, explica Iñigo Elizalde, vecino del municipio.

El pico de la crecida llegó a Miranda de Arga el viernes por la noche, inundando viviendas, comercios y arrasando por completo la huertas, campos y caminos que rodean el municipio. El sábado de madrugada llegó el agua a la calle principal, dejando el campo de fútbol totalmente anegado por el agua ya que “quitaron un dique para desaguar”.

La peor parte en esta zona también se la han llevado los agricultores y propietarios de los huertos, que prevén muchas pérdidas. Uno de ellos es David Otazu, que espera a que el agua baje para ver qué daños han sufrido sus campos: “Ahora toca esperar, y si no baja lo suficiente tendremos que desaguarlo nosotros. Habrá muchos aspersores rotos y tumbados, además de que los caminos estarán intransitables”.

La fuerza con la que transcurría el agua ha hecho que sea imposible evitar su entrada en al agunos lugares. Toño Esteban, de la brigada del Ayuntamiento de Miranda de Arga, ha sido el encargado de montar barricadas de barro y hacer zanjas para parar la fuerza del agua. “Viendo la fuerza, lo que hemos hecho es intentar retener el agua para evitar que entrase en bajeras, casas y, sobre todo, en el cuartel de la Guardia Civil, que se ha inundado por completo. Las zanjas en el barro han evitado que las casas sufrieran más daños”, explica Esteban. Aún y todo, varias viviendas amanecieron ayer con los pisos inferiores cubiertos de agua y barro, y con la ayuda de tractores han podido achicar y sacar la mayoría del agua. Como el resto de vecinos y vecinas, nunca había visto “tanta cantidad de agua dentro de Miranda” y “tantos destrozos en viviendas, huertas y caminos”.

Esteban visitó ayer su huerto para evaluar los daños que había y sufrido y asegura que los destrozos de las casetas y las las verduras es “irreparable”. “Toda la verdura se va a tener que tirar, porque por mucho que la limpies, es imposible quitar todo este barro”, dice. La empresa de Conservas Marco, situada junto al río Arga, ha sido de los lugares más afectados, donde el agua a cubierto por completo la superficie del local.

A lo alto del municipio, en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, llegaban ayer los más curiosos para observar la sorprendente escena, aunque todos coincidían en que esperan unos meses duros para muchos para muchos de los habitantes de la zona.