a Gruta de Lekaroz, el lugar de recogimiento que construyeron los padres Capuchinos, que por más de un siglo gestionaron el desaparecido colegio, ha vuelto a ser noticia local. La imagen de Santa Bernardette Soubirous, la pastora que protagonizó el denominado "milagro de Lourdes" apareció caída en el suelo desde la peana que la sustentaba, y con sensibles daños.

El hecho, que se desconoce si ha sido objeto de vandalismo como en ocasiones anteriores o accidental, ha causado tristeza y disgusto a la Asociación de Excolegiales de Lekaroz y los numerosos particulares que se ocupan de su cuidado y mantenimiento. Los fragmentos de la imagen han sido entregados al artesano escultor de Arizkun, Cesáreo Soulé para su reparación que, conociendo su habilidad, lo hará a la perfección.

La Gruta de Lekaroz es un agradable lugar de paz y recogimiento creado por los capuchinos A orillas del río, es muy frecuentado por creyentes o no, que acuden en busca de tranquilidad y reflexión, o para disfrutar de la naturaleza y del florido ajardinamiento siempre muy cuidado por las personas que generosamente lo atienden.

El lugar, por el que discurre el antiguo camino entre los barrios lekaroztarras de Uharte y Arrazkazan, ha sido objeto de varios actos vandálicos y peor aún ha sufrido los embates de las riadas del Bidasoa al menos en dos ocasiones y se encuentra en un estado lamentable y muy peligroso.

En efecto, el talud que sostiene el camino el espacio de la Gruta y el camino que por ahí discurre ha sido minado por las riadas al menos en dos ocasiones, una en 2008 y otra en 2015, por lo que fue vallado pero sin que se ejecutarán otros trabajos de protección. Las aguas arrastraron parte del talud de contención hasta provocar un derrumbamiento importante y una evidente situación de inestabilidad del firme, lo que representa una amenaza para los visitantes y usuarios del camino.

El segundo derrumbamiento fue más serio que en 2008, y podría haber provocado una tragedia de ocurrir durante el día. El lateral más cercano al río se valló y protegió por el Ayuntamiento de Baztan, y es lógico pensar que el talud ha sufrido más desgaste con las crecidas del río Bidasoa, el río Baztan a su paso por el valle hasta Oronoz.

Los daños, entonces, afectaron al tejadillo que da sombra y refugio en caso de lluvia, la pared de protección existente algo más abajo y el espacio hasta el mismo borde del banco en que el suelen sentarse a descansar los visitantes, se derrumbaron y así continúan. El talud quedó muy afectado y sacó a la luz el hueco del canal de derivación que alimentaba la antigua central hidroeléctrica del Colegio de Lekaroz y la desaparecida carpintería, en cuya planta superior se celebraban misas y oficios religiosos en días de mal tiempo.

La atención y el cuidado de La Gruta, como se dice, corre a cargo de la Asociación de Excolegiales y varios voluntarios totalmente desinteresados, que poco más pueden hacer en las circunstancias actuales. Y el edificio que sustituyó a la carpintería, que fue reconstruido y se pensó fuera de multiusos, es del Ayuntamiento de Baztan que lo usa como almacén para guardar contenedores de residuos entre otras cosas.

Al parecer, el espacio que ocupa el recinto es propiedad del Gobierno de Navarra desde la adquisición del colegio, y se gestiona por la sociedad pública Nasuvinsa. El camino, sin embargo, es público incluso con anterioridad a la construcción de la Gruta. Y en previsión de vandalismo y de los robos registrados de la caja en la que se depositan aportaciones para contribuir a los gastos por compra de velas y flores que hacen los usuarios, se instaló un cartel de advertencia de tratarse de una "zona videovigilada" aunque se desconoce si se instaló alguna cámara de grabación.

La que los baztandarras conocen por La Gruta o Lurdetxo (dedicada a la Virgen de Lourdes) se construyó hace unos 80 años por los capuchinos a iniciativa del padre Carlos de Bera, que ejerció de limosnero y al que se debe también la Cruz de Legate. Se accede nada más cruzar el puente de Etxerri por el camino que existe a la izquierda. En la entrada, una imagen de San Miguel in Excelsis preside la puerta de forja con dos palabras Jaungoikoaren Etxea (la Casa de Dios) y una tercera Lurdetsco (de Lourdes) a la izquierda.

En el lugar una placa recuerda que perteneció a la familia del venerable Barrenetxe, hijo de Lekaroz "martirizado por los indios en 1781" y en el otro extremo una forja con el escudo de Baztan y un crucifijo. En el interior de la gruta, junto a un sencillo altar figuran una imagen de la Virgen María y de Santa Bernardette Soubirous a la que es creencia se apareció en el paraje de Massabielle de Lourdes, al sureste de los Altos Pirineos.

Desde la construcción y por décadas, particularmente en primavera y verano, con los padres capuchinos se celebraban oficios religiosos y misas, e incluso hubo parejas que allí contrajeron matrimonio. La caída y rotura de la imagen de Santa Bernardette Soubirous ha puesto de una cierta actualidad y recuerdo del estado deficiente del recinto.

La última vez que el Ayuntamiento de Baztan trató el asunto, se comunicó por la alcaldía que "el borde caído pertenece a Nasuvinsa", conclusión a la que ya llegaron "hace unos años" y hubo "llamadas telefónicas" con la citada sociedad pública aunque sin ninguna acción posterior encaminada a reponer el talud y devolver al espacio a su situación original.

Por su parte, un portavoz de la Asociación de Excolegiales de Lekaroz explicó que ellos poco pueden hacer al respecto y señaló que a su juicio son las instituciones las que deben adoptar una decisión para resolver el problema. Por su lado, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico mantiene como es sabido su criterio de que "lo que coge el río es del río" y tampoco parece haberse ocupado del tema.

En todo caso, lo cierto es que los usuarios están muy dolidos por la manifiesta inactividad. Y es preciso considerar que la Gruta, al margen de cualquier consideración religiosa, forma parte del patrimonio cultural y social del Valle de Baztan.