En 1914 los antiguos portales de Pamplona permanecían y daban aún entrada al recinto amurallado de la ciudad. Este de la imagen, llamado de la Rochapea, había sido construido en 1666 por orden del virrey español en Navarra, Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, y se encontraba justamente en el punto en que la calle Santo Domingo quiebra en ángulo recto para bajar hacia los corralillos. La foto, rica en detalles, nos aporta datos importantes. Vemos que el portal propiamente dicho era una obra simple y adusta, antecedida de un alto muro de piedra dotado de una garita, y un parapeto simple a su izquierda, munido de troneras para fusilería. Mirando la foto con detalle, además, puede adivinarse que tras girar noventa grados existía un segundo portal, decorado en alto con un escudo. Al fondo, en color blanco, vemos el antiguo palacio real de Pamplona, rebajado por aquel entonces a la categoría de Capitanía Militar.

Foto: Pamplona, marzo de 2022. J.A.S.

Hoy en día el lugar está siendo objeto de una restauración largamente esperada, aunque evidentemente no todos los elementos podrán recuperarse. Del antiguo parapeto de fusilería tan solo sobrevive un pretil bajo, aunque el paredón de la derecha permanece, con su garita en alto y todo. El viejo portal de la Rochapea fue demolido en octubre de aquel mismo año 1914, y ello permite ver en su lugar el cuerpo de guardia, y en alto el palacio real de San Pedro, desfigurado por una restauración excesiva. El escudo que presidía el conjunto se reaprovechó en el portal Nuevo, pero todo lo demás marchó camino de la escombrera, siguiendo unos criterios que hoy horripilan. Por cierto que, si vuelven a mirar con atención la foto antigua, pueden verse las cadenas del puente levadizo, que se encontraba abatido para poder entrar. En las recientes obras de restauración ha aparecido el arco “durmiente” en que apoyaba. Qué cosas...