- El colegio Francisco Javier Sáenz de Oiza sumaba ayer la cifra de 1.180 euros en el recuento de la recaudación en su 9º Almuerzo Solidario, con el respaldo del Ayuntamiento y de la APYMA del centro.

La cantidad les llenaba de satisfacción y entusiasmo. Se repite la alegría de cada año cuando salen a la plaza para recoger un poco de dinero con el que ayudar a proyectos y causas sociales cercanas .

La de este año tiene en principio, dos nombre propios: Mustafá Hamdi Omar (ex alumno del centro) y Daria Dabrovska (alumna activa en el curso actual) procedentes del Sáhara y Ucrania, acogidos en la localidad a quienes se sumarán nuevas llegadas.

En el colegio de infantil y primaria cuentan 9 almuerzos solidarios. Son una actividad complementaria al trabajo previo en las aulas, con tres objetivos principales : realizar una actividad solidaria que involucre a toda la comunidad educativa, generar sensibilidad hacia los problemas que afectan a niñas y niños del entorno y contribuir con una causa cercana.

La mañana del almuerzo salta a la vista que lo logran. Todo el pueblo sale a degustar las ricas viandas preparadas por las familias. Generalmente lo hacen en el mes de enero, coincidiendo con el Día de la Paz. La plaza de Oriente es una fiesta que la pandemia solo ha impedido un año. En este 2022 se ha retrasado unos meses por las razones que explicaba Bruno Jiménez, director del colegio. "Supimos la noticia de la llegada de niños de Ucrania. En Cáseda el grupo Ekialdea, que se ocupa de ello, nos hizo saber que necesitaban apoyo para la acogida. Nos pareció una idea excelente".

Siendo la educación en valores con enseñanzas prácticas la base del centro, subrayaba "es fundamental hacerles partícipes de los proyectos y que las niñas y niños vean que se puede colaborar fácilmente".

En este sentido, recordaba la campaña de ayuda a La Palma realizada entre los colegios de Cáseda, Lumbier y Aibar. "Recaudamos 4.350 euros, que es mucho dinero, con la venta de manualidades que hizo el alumnado. Se vendió todo , fue muy bonito y les hizo sentirse muy bien. La solidaridad prima en la zona", concluía.

Mustafá Hamdi Omar, Daría Drabrovska son nuevas matrículas para la escuela del pueblo. El centro trabaja la integración y la acogida emocional. "Llegan destrozados y yo creo que el entorno rural es muy favorable para su recuperación paulatina", expresaba Bruno.

A su lado, Olena Skorobogatko lo corroboraba. Ucraniana que reside en Cáseda desde 2003, ha acogido a Julia Zabrodsko (familiar) que huyó de la guerra desde Vinnytsya. embarazada y con dos hijas. Daría, de 7 años, ha sido operada en el HUN de un tumor cerebral y ahora sigue en rehabilitación.

Es una de las niñas cercanas a las que va destinada la ayuda. Las mujeres se deshacen en agradecimientos al colegio y al pueblo. En total, suman 4 nuevas familias en Cáseda, 5 niños, 1 adolescente y en verano recibirán a 2 saharauis. Es trabajo de Ekialdea, acogida y discapacidad, "vengan de donde vengan", recalcan. l