- Antxon Sopeña estaba echándose la siesta en su casa de Obanos cuando de pronto le despertó una llamada de su nuera: "Ella estaba en Hendaia y me ha llamado muy alterada y me dice: 'He leído en DIARIO DE NOTICIAS que hay un incendio cerca de Obanos, ¿estáis bien?' Entonces he salido de casa y enseguida he visto una columna de humo enorme y un olor muy fuerte".

Sin pensárselo, Antxon fue a la finca que tienen al norte del pueblo, donde había dejado aparcado su coche con la esperanza de que las llamas no hubiesen alcanzado el vehículo. "A 7 pasos del coche estaban las llamas cuando he llegado. Casi toda la finca estaba quemada porque ha prendido el campo de cereal de al lado. Las llamas han llegado hasta la caseta que tengo en la finca y dentro hay garrafas de gasolina que estaban hinchadas. Más vale que no han explotado porque sino no me quiero imaginar la desgracia que hubiese sido", comentaba ayer este vecino de Donostia, con casa en Obanos. En cuanto llegó, se montó en el coche y salió de la finca: "Lo aparco ahí porque hay un abeto que da sombra, pero he tenido mucha suerte". Tras sacar el coche, volvió a la finca para tratar de apagar las llamas con su manguera, pero no salía agua. "No tenía presión la manguera, se ve que estaban usando todo el agua para apagar el foco grande del incendio", explicaba Antxon.

Momentos después del incendio, se afanaba junto a su amigo Luis B. para tratar de contener las llamas, que todavía se mantenían fuertes en uno de los almendros que tiene plantados Antxon. "Aquí no tengo nada de valor, ni planto nada. Solo tengo una higuera y almendros. Pero más vale que hace un par de semanas segué toda la finca, porque las hierbas me llegaban a la cintura. Entonces esto ha ardido pero se ha apagado por sí mismo", señalaba mientras regaba con su manguera los restos calcinados y la pared ennegrecida de la caseta, donde dentro estaban las garrafas de gasolina.

"El fuego ha venido de Legarda, allí hay un incendio majo y el viento lo ha traído hasta aquí", comentaba Luis mientras observaba como ardían los montes. "Hay muchos focos de fuego, los bomberos no darán abasto. Y es una pena porque casi todos los campos están sin cosechar. El campo de aquí (el que ardió junto a la finca de Antxon), es de un vecino del pueblo que planta cereal. Lo ha perdido todo", relataba Luis.