En la calle Menditurri donde el río Baztan suena, se encuentra Pixuke -pesando, en euskara baztandarra-. Una tienda donde comprar productos de alimentación, limpieza y cosmética ecológica y de cercanía a granel. El comercio lo regenta Isabel Osácar Iturria, elizondarra de 43 años que se presenta como “una rebelde de la vida”.

Pixuke se inauguró a mediados de enero, con el objetivo de aportar su granito de arena en distintos aspectos de la sociedad. Según cuenta su impulsora, hace 40 años, con huevera en mano, Osácar acudía a Adela -tienda de alimentación ubicada en Elizondo- a por huevos, y a nadie le sorprendía. Ahora, en cambio, abrir una tienda como Pixuke, que vende todo a peso, es algo novedoso. “Los primeros meses fueron una locura, hubo momentos donde me vi sobrepasada. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, se ha demostrado quienes están realmente concienciados en realizar un consumo reutilizable”, confiesa.

La clientela de Pixuke hace sus compras con bolsa de tela y botes en mano. Al entrar al local, se dirigen automáticamente a la balanza para pesar el recipiente e indicar en la superficie su peso con rotulador. Una vez hecho, el comprador los llena del producto y de la cantidad que desea. Con el bote repleto, es Osácar quien vuelve a pasarlo por la báscula para calcular el contenido total y así descontar el peso del recipiente. En el caso de los detergentes, es la propietaria quien les sirve, cumpliendo las órdenes de sanidad.

La elizondotarra le da mucha importancia a la salud, de ahí que cuente con productos locales, ecológicos e integrales como semillas, sémolas, frutos secos, arroz, pasta, legumbres, frutas deshidratas con y sin azúcar, sales de navarra, tés aromatizados, pimiento de Ezpeleta, conservas ecológicas de Navarra, comida macrobiótica, y granos de café. Este último es la propia dueña quien los muele según la cafetera que tengas en casa.

Respecto a los clientes celíacos, “yo les recalco que todo lo que cojan es bajo su responsabilidad ya que al venderlo todo a granel puede que haya trazas”. Para las personas que optan por una alimentación sin gluten, en cambio, no hay problema. Tal y como indica Osácar, de nada sirve llevar una alimentación sana si luego se lavan los cazos e utensilios con productos que contienen microplásticos. Para combatir con ello, Pixuke ofrece detergentes y jabones veganos, ecológicos, y sobre todo, “eficaces porque son muy concentrados”.

Entre tanta variedad, tampoco podían faltar en el local los productos de belleza. Un campo que la elizondarra domina, ya que trabajó durante muchos años como esteticién. “Animo a la gente a que se moleste en valorar la calidad de los cosméticos aunque eso suponga pagar un par de euros más”, subraya. Lo mismo con la alimentación. “Pagamos un euro por un paquete de lentejas que ha venido del extranjero, cuando disponemos de productos locales de primera. ¿Qué preferimos impulsar, una economía circular o invertir nuestras ganancias al otro lado del charco? Reflexionemos que es por el bien de nuestro futuro, solo de esta forma podremos seguir contando con ayudas, pensiones...”, destaca.

Afortunadamente, Osácar cuenta con una clientela fija y variada. Los más txikis invierten su paga en frutas deshidratadas, galletas y pistachos mientras que las personas adultas optan por las alubias o habas, que no encuentran por ningún lado. “Aunque viva en una incertidumbre constante, guardo la esperanza de que más gente se mentalice y opte por una compra a granel. El planeta nos está pidiendo auxilio, y solo por eso, deberíamos ser más solidarios”, concluye.