El antiguo oficio de transportar la madera por los ríos, la maderada, es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. El reconocimiento internacional lo ha encontrado en Rabat, en la 17ª reunión del Comité intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, por medio de una candidatura conjunta internacional Timber Rafting (entre 56 inscritas en las listas del patrimonio inmaterial) integrada por municipios que, año tras año, recuerdan esta tradición. La candidatura la han presentado España, Austria, Polonia, Alemania, República Checa y Letonia. En el caso de España, participan en ella varias asociaciones como Raiers de La Pobla de Segur y de Nargo, los Navateros de Aragón, Gancheros del Alto Tajo y la Asociación Cultural de Almadieros Navarros.

Serán sus miembros quienes promuevan el repique de campanas en Burgui este sábado para celebrar esta declaración de la organización de las Naciones Unidas. El acto tendrá lugar a las 11.30 de la mañana con réplica a la misma hora en las localidades donde trabajan las citadas asociaciones para preservar la memoria de sus antepasados.

“Intentos de muchos años han dado fruto, Nos viene muy bien. Es muy estimulante. Refuerza nuestra labor y nos anima a mantenerla”, declaraba el presidente, Koldo Cilveti Zazpe. La asociación comparte satisfacción y ha recibido la felicitación de la International Association of Timber-Raftsmen (Asociación Internacional de Transporte Fluvial de Madera) a la que pertenece. “Estamos orgullosos y felices. Es un momento motivador para todos los balseros y balseras que se apasionan por salvaguardar y desarrollar este oficio y transmitir sus conocimientos y habilidades a las generaciones futuras”, apuntaba su presidente, Frank Thiel. Agradecía a su vez a la UNESCO, a la dedicación de las asociaciones, a la lucha impecable por la candidatura y a las instituciones y Gobiernos que la han respaldado.

“En nuestro caso, damos las gracias al Gobierno de Navarra, por su rápida y eficaz respuesta a este movimiento, y reiteramos la necesidad de respaldo para las superviviencia del Día de la Almadía”, expresaba Cilveti. Añadía que si bien cuentan con subvenciones para preparar la jornada, es en el día central en el que más invierten porque necesitan vestirlo para hacerlo más atractivo. “Es preciso dotarlo de otras actividades que atraigan, además de las almadías, al mayor número posible de personas a Burgui. Contamos con la ayuda incondicional de patrocinio privado, con Innova Cultural y otras organizaciones que nos apoyan, pero el día festivo cuesta y es necesario completarlo”, argumentaba.

La asociación suma también la aportación anual de sus 350 socios y socias. Pero sobre todo, recalca Cilveti, cuenta con un grupo de jóvenes con ganas de mantener la tradición del descenso almadiero. Este reconocimiento, admitía, “es importante también para hacerlo más atractivo para ellos, para valorar la dedicación y la transmisión”.

La próxima primavera el Día de la Almadía cumple su edición número 30. El impulso de la UNESCO hará la celebración más redonda.